El sector del automóvil exige al Gobierno acelerar el plan eléctrico
Los fabricantes reclaman una mejor fiscalidad y un proyecto ambicioso de puntos de recarga
La fabricantes están haciendo los deberes en cuanto a electrificación, el Gobierno aún lo debe demostrar. Es el diagnóstico del sector del automóvil, embarcado en el gran cambio que implica la descarbonización y que echa en falta un mayor impulso por parte de las administraciones. Reunido durante estos días en el salón Automobile Barcelona, los fabricantes nacionales, agrupados en la patronal Anfac, reclaman no retrasar más el plazo para que las empresas se adhieran al Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (Perte) dedicado al vehículo eléctrico, un plan que prevé un desembolso de unos 24.000 millones hasta 2023 –4.000 de ellos públicos–, y que debe ser el desencadenante por ejemplo de proyectos como el de la megaplanta de baterías que Volkswagen pretende establecer en nuestro país.
«Hay países que ya han aprobado sus planes, y aquí el tiempo va pasando. Estamos a final de septiembre y aún no conocemos la normativa», ha denunciado el presidente de Anfac y de Renault España, José Vicente de los Mozos , durante un encuentro con la prensa en el marco del Automobile, feria que ha inaugurado el Rey. De manera previa, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, asistió a la reunión de la ejecutiva de Anfac.
Para De los Mozos, el sector del automóvil en España debe ser consciente de que, siendo nuestro país el segundo fabricante del continente, los centros de decisión están fuera, mientras que países como Turquía o Polonia ofrecen una estructura de costes muy competitiva. « Europa se ha puesto las pilas, y España debe espabilarse», subrayó el presidente de la patronal de los fabricantes, lamentando por ejemplo que en el campo de la electrificación seguimos estando a la cola de Europa, con una cuota de mercado para el coche no contaminante de apenas el 7,5%.
Del mismo modo, el sector reclama un plan realmente ambicioso de puntos de recarga, porque «sin infraestructura eléctrica no es posible avanzar», a la vez que exigen mejor fiscalidad a la administración y mayor claridad con objeto de no confundir al posible comprador, que de manera mayoritaria está pasándose al vehículo de ocasión. De los Mozos denunció también la confusión, y dificultad que suponen las diferentes regulaciones por cada comunidad autónoma.
Mantener la flexibilidad
En un momento de transformación del sector, desde Anfac se señala la necesidad de no tocar aquellos aspectos que han funcionado, empezando por la flexibilidad para pactar convenios en cada empresa, señalando el automóvil como un ejemplo de sector en que funciona el diálogo social . Al respecto, la posibilidad de que el Gobierno contemple obligar a las firmas a acogerse a un convenio de sector «sería una línea roja» que los fabricantes marcarían en el suelo: «No cambiemos lo que funciona. Está demostrado que los países que funcionan con convenios globales esto supone un handicap para ellos».
Tras sufrir el impacto de la pandemia, los fabricantes españoles lidian ahora con la carencia de los semiconductores, cuya fabricación se concentra en Asia y que está dejando a las plantas europeas en punto muerto. Es un ejemplo de la dependencia de un sector que ya no solo es planchas de acero, prensado y motores. La crisis de los microchips lleva a Anfac a rebajar las previsiones de fabricación para 2021 hasta los 900.000 coches, un 25% menos que en 2019.
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