Lo más nuevo de Alimentaria hace un guiño al pasado y la tradición
Los productos ecológicos buscan su sitio y siguen creciendo en esta feria
El logo de la edición de la feria del sector alimenticio más importante de España es un huevo, un huevo del que se desprenden todas las divisiones de esta reunión a la que acuden este año más de 4.000 empresas y casi 150.000 asistentes. Es en este congreso en el que se presenta lo último en la innovación alimenticia. Este año, lo último, está representado por un huevo. La innovación en 2018 tiende más a volver al origen que a inventar la nueva tortilla de patatas.
El afiche parecía premonitorio. Ayer, cinco de los dieciséis galardones de los premios Innoval 2018, entregados en Alimentaria, que reconocen los productos más innovadores del sector alimentario español, fueron para la empresa Granja Campomayor, de Lugo, que presentó un «huevo cocinado a baja temperatura». Este producto, que en la alta cocina ha sustituido al huevo poché o escalfado, es tan complejo de realizar, que rara vez se cocina en casa. El de Campomayor se venderá dentro de su cáscara y conserva su cremosidad, tanto en la yema, como en la clara. Apártense «hípsters», ahora los huevos benedictinos adquieren un carácter popular.
También los productos ecológicos, que en esta feria no han hecho sino crecer, buscan su sitio . «El fuet que presentamos aquí sería lo más parecido al que comían nuestros abuelos», explica a este diario Lluís Parareda, de Embotits La Gleva, afincados en Vic (Barcelona) desde 1896. No hacía falta rebuscar demasiado, los productos elaborados de forma artesana no se han dejado de producir. Como estos embutidos, los quesos de La Antigua, de Fuentesaúco (Zamora), se elaboran de forma artesanal, con leche cruda de oveja, y con el «mimo y cuidado de antaño». En este contexto, la algarroba mallorquina («es garrover»), que de innovadora tiene poco, pues durante la guerra dio de comer a unos cuantos, se presenta como un «nuevo» súper alimento, sustituto del chocolate y el cacao. Toma eso huevo poché.
Cuando la «innovación» parece no ir a más, llega la Fundación Catalunya La Pedrera y su proyecto Mans a presentar en Alimentaria frutas y verduras empacadas sin plástico . Sí, solo llevan su piel, van sobre un recipiente de cartón reciclado y las corona una rejilla de hilo. Si esto no mata al huevo, apaga y vámonos. «El empaque es más caro que el de plástico, porque requiere de más manos en la línea de producción, pero, al ser una cooperativa social dedicada a la producción y comercialización de fruta y verdura ecológica que tiene como misión generar lugares de trabajo para jóvenes en riesgo de exclusión, mientras más manos, mejor», concluye Jordi Balari, su gerente. De premio.
Es tal el carro de la innovación que mira hacia lo tradicional que Coca Cola ha presentado como lo último de lo último un envase de cristal de un litro. ¿Les suena conocido? Estrella Damm, por su parte, se ha unido a las cervezas artesanas y ha presentado por todo lo alto Complot, una Ipa que intentará desprenderse de su apellido para poder competir con otras de su especie. Joselito, haciendo gala de su «exclusividad», ha informado a este diario que ellos de innovar nada, que cumplen 150 años y que siguen haciendo sus productos con el mismo cariño que el primer día. Eso sí, estrenan logo para la celebración.
Que las vanguardias gastronómicas se dediquen a volver a los orígenes es más que obvio en las mesas de los restaurantes . Verlo también en la feria de innovación más importante del sector en España , y no solamente en su cartel, es algo más que una tendencia. Esta moda, llegó para quedarse… por lo pronto.