El Hospital de Calella descartó «sospechas» de maltrato al bebé que murió, según el Síndic de Greuges
Ve «déficits» en la intervención y coordinación de servicios que atendieron a la familia
El Síndic de Greuges (el Defensor del pueblo catalán), Rafael Ribó, ha terminado su investigación sobre el bebé de dos meses que murió en la UCI del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona en enero tras sufrir maltrato, y ha constatado «déficits» en servicios que atendieron al niño y su familia, incluyendo una sospecha de maltrato en el Hospital de Calella (Barcelona) que se descartó sin seguir el protocolo y falta de coordinación.
Dos semanas antes de ingresar en la UCI , el 23 de diciembre, «hubo una sospecha de maltrato infantil durante la visita al Servicio de Urgencias del Hospital de Calella, a raíz de los signos de posible maltrato físico y de las dudas que había generado el relato de los progenitores, y fue descartada internamente» por el servicio de Urgencias, ha explicado Ribó en un comunicado este martes, informa Ep.
Se dio el alta hospitalaria al bebé el mismo día, y el síndic ha considerado que el circuito utilizado para descartar maltrato en este caso fue «improcedente». Esto se debe a que no se activó el protocolo y no se avisó al circuito de Trabajo Social del centro ni a la Dirección General de Atención a la Infancia y Adolescencia (Dgaia) de la Generalitat para valorar si era necesario activar el Equipo de valoración de maltrato infantil detectado en el ámbito sanitario (Evami).
Estas sospechas se constatan tanto en la documentación de salud a la que ha accedido el síndic como en una comunicación del 4 de enero al teléfono Infància Respon por parte de Pediatría de la UCI Neonatal del Vll d'Hebron, en la que se dejó constancia de que se conocía estas sospechas de maltrato en Calella . Además, en la exploración en Urgencias en Calella del 23 de diciembre, se observaron otros signos de irritabilidad y de malestar del niño, y también ha detectado «imprecisiones en el informe de asistencia sobre las pruebas practicadas» , y ha considerado que la detección de esquimosis o hematomas requería activar el protocolo.
Ribó inició la investigación el 11 de enero , cuando supo que había ingresado el bebé por lesiones derivadas de un presunto maltrato por parte de su padre, y ha detectado «déficits en la intervención de los varios servicios que interactuaron con el niño y su familia, y que en mayor o menor medida podrían no haber contribuido a protegerlo».
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