Cataluña necesitaría 1.500 millones adicionales para igualar el gasto en educación se a la media española
La Fundación Bofill exige recuperar la inversión para mejorar resultados académicos
La Generalitat debería destinar entre 1.200 y 1.500 millones de euros anuales adicionales a la educación catalana para equiparar la inversión a la media española destinada a este ámbito , según un análisis presentado ayer por la Fundación Jaume Bofill y respaldado por el director del Políticas Educativas de la Unesco, Francesc Pedró. Actualmente, en Cataluña se aporta el 3,9 % del PIB a la educación , mientras que la media española -que ya es de las más bajas a nivel europeo- el porcentaje sube al 4,4 % del PIB, según los mismos expertos.
Pedró puso énfasis en que la inversión en educación en Cataluña es «una de las más bajas de Europa» y en que hace falta corregir el déficit para «colocar la inversión en educación a niveles europeos» -en donde se destina de media el 5,1 % del PIB-, y conseguir mejorar los resultados académicos que actualmente son «mediocres». Todo ello lo expuso durante la celebración de la jornada «¿Dónde tienen que ir los recursos en educación en los próximos años?», organizada por la Fundación y que pretendía reflexionar sobre las prioridades en este ámbito en un hipotético escenario con muchos más recursos.
El fin de la crisis, oportunidad
La Fundación constata que la crisis económica llevó a unas políticas de austeridad que se tradujeron en una reducción drástica del gasto público en educación entre 2009 y 2015 y que, en este mismo sentido, el haber superado la época de complejidad financiera y estar de nuevo en un contexto de recuperación «puede ser una oportunidad para reconsiderar los elementos que bloquean la mejora de la calidad educativa y ver dónde se deben destinar los recursos». En este sentido, la Fundación puso el foco en cinco aspectos para mejorar la equidad y calidad del sistema educativo catalán.
Entre ellos, destaca la universalización del acceso a la educación infantil del primer ciclo , priorizando a los niños en riesgo de exclusión social, para garantizar la equidad de base. «Quienes más necesitan en esta franja educativa son quienes menos la utilizan» debido a que el perfil familiar «no necesita conciliar vida familiar y laboral», destacó Pedró. Según datos de la Fundación, garantizar la inclusión a los 60.000 menores de tres años en riesgo de pobreza costaría al año 205 millones de euros.
El segundo de los aspectos destacables es garantizar la gratuidad de la enseñanza obligatoria en Cataluña, que supondría un coste anual de 442 millones de euros. En un sistema «realmente desarrollado, los gastos deberían estar totalmente cubiertos por el sistema», denunció Pedró, que resaltó que «las evidencias internacionales muestran que el derecho a la educación es incompatible con una enseñanza básica que no sea realmente gratuita».
Así, según lo expuesto durante la jornada, se estima que el coste por alumno y año en concepto de material escolar, salidas y actividades, colonias escolares y cuota del AMPA es de 400 euros por alumno, sin computar el coste del comedor escolar.
Otro de los puntos señalados por la Fundación pasa por mejorar la personalización de la enseñanza y las competencias de sus profesionales . «Es esencial que los docentes se sientan orgullosos de su profesión, tengan posibilidad de promocionar dentro de la etapa donde desempeñan su trabajo y cuenten con una buena formación inicial y permanente», reiteró el experto de Unesco.
La medida de aumentar un maestro para cada tres grupos escolares en Educación Infantil de segundo ciclo y Primaria, por ejemplo, tendría un coste de 442 millones de euros anuales . Extender esta opción en la ESO supondrían otros 172 millones de euros cada año.
Reducir el abandono escolar
Por otro lado, Pedró detalló durante su intervención que universalizar la educación postobligatoria, hasta los 18 años, permitiría «reducir el abandono escolar , que en Cataluña ronda el 18%». Traducido a lo económico, esta medida supondría un coste anual de 80 millones de euros, según la Fundación.
Finalmente, se apuesta por incrementar los recursos destinados a centros de alta complejidad para tener «como mínimo» unos recursos de un 30 % superior a la aportación que se recibe por alumno en un centro ordinario. «Está demostrado que si se aumentan los recursos en estos centros, los resultados mejoran de manera notable», incidió Pedró, que propuso que el profesorado de estos centros «disponga de más autonomía curricular, de apoyo técnico, financiero y pedagógico apropiado y de incentivos que atraigan a los mejores docentes».