«Vania»: Existencialismo en estado puro

Àlex Rigola presenta en la sala Muntaner un montaje diferente que elimina las barreras entre los intérpretes y los espectadores

Ariadna Gil y Gonzalo Cunill, en un momento del montaje ABC

MARÍA GÜELL

Àlex Rigola encierra en una caja toda la angustia vital de Anton Chéjov y la Sala Muntaner accede al experimento de transformarse en un espacio de seis metros de ancho por ocho de largo con capacidad para sesenta personas . Luis Bermejo, Irene Escolar, Ariadna Gil y Gonzalo Cunill ponen en marcha el mecanismo de «Vania», un montaje diferente que empezó a andar en Temporada Alta y después ha recalado en los Teatros del Canal de Madrid.

Rigola elimina las barreras entre los intérpretes y los espectadores. «Me interesan las vidas de las personas, no los personajes» , aclara el director. Por este motivo les pide a los actores que «viva esta pieza existencialista sobre las expectativas de la vida y la realidad. Son preguntas que nos hacemos y que nos llevan a la frustración hasta que aceptamos qué somos. Si aceptamos que la vida es dolor, podremos disfrutar de los momentos felices», aclara citando a Schopenhauer.

Rigola nos recuerda que Chéjov es un gran seguidor de Schopenhauer y que una de las máximas del filósofo alemán es que la vida es sufrimiento. Por encima de su pesimismo, el dramaturgo ruso llega a todo el mundo y «todos nos sentimos reconocidos en algunas de sus frases».

Los actores pasan a ser personas y llegan vestidos con su ropa. Rigola tiene claro que busca contemporaneidad en sus propuestas. «He limpiado de costumbrismo y de geografía el texto que fue escrito hace ciento treinta años y el resultado es una pieza absolutamente contemporánea, mucho más demoledora que otros libretos escritos hoy».

La intimidad de una caja

Sobre la caja, Rigola bromea y se atreve a decir que «yo haría todos mis montajes dentro de una caja». Y lo justifica: «En teatros muy grandes se pierde la intimidad, esa cercanía que no nos permite ver la desolación humana de lo que pasa en escena. En esta caja, en este espacio cerrado y pequeño, el espectador está continuamente interpelado por los actores con sus pensamientos, a veces obscenos, a veces compartidos». Los espectadores pasan a formar parte de esta gran familia, son casi como los psiquiatras que escuchan sus lamentos.

Rigola se centra en cuatro de los nueve personajes de la obra original. El tío Vania (Luis Bermejo), la hija del primer matrimonio del profesor y sobrina de Vania (Irene Escolar), la nueva mujer del profesor (Ariadna Gil) y el médico amigo de la familia (Gonzalo Cunill).

«Vania» Barcelona. Sala Muntaner. Del 5 al 29 de julio.

«Vania»: Existencialismo en estado puro

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación