La universalidad de 'Esperando a Godot' llega a Barcelona
Pepe Viyuela y Alberto Jiménez protagonizan la obra de Beckett en el Teatro Goya
![Pepe Viyuela, Alberto Jiménez y Fernando Albizu en un momento de la obra](https://s1.abcstatics.com/media/espana/2021/06/04/Imagen2.jpg)
Los profesores de literatura explican que los clásicos son obras eternas porque tratan temas universales. Así lo han vivido los actores y director de 'Esperando a Godot', que se estrenó el jueves en el Teatro Goya de Barcelona y se podrá ver hasta el 20 de este mes. Esta obra de Samuel Beckett, escrita a finales de los años 40 , cuenta la historia de dos parejas que viven «en un mundo lleno de incertidumbre, de confusión y de miedo», según analiza el director Antonio Simón, «como el que estamos viviendo ahora».
La compañía estrenó la obra hace dos años, pero después del confinamiento y durante la pandemia han visto un cambio en la percepción del público, que ha cobrado «más fuerza y más firmeza», tal como explica Pepe Viyuela, que interpreta el papel de Estragón.
El argumento gira alrededor de una pareja de vagabundos, Vladimir y Estragon, que esperan a un tal Godot que nunca llega. También aparecen Pozzo y su esclavo Lucky, que les entretienen durante la espera que tiene lugar en un camino del que el primero dice ser propietario, junto con un muchacho cuyo papel es avisar de que Godot acudirá a la cita al día.
«¡Nadie viene!»
«¡Nada ocurre, nadie viene, nadie va, es terrible» fue una de las críticas después del estreno de la obra en 1952 . Como referente del teatro del absurdo, no hay ningún momento excepcional en el relato, que es intencionalmente repetitivo y está repleto de «conversaciones superpuestas y frases inconexas que son tan ambiguas que dejarlas abiertas es lo que las enriquece», expresa Viyuela.
Por otro lado, el actor añade que «el teatro del absurdo es mucho menos absurdo que la vida», refiriéndose a la pandemia, y lo que muestra este género es «la fragilidad y la endeblez del ser humano, lo poco que nos podemos fiar de nosotros mismos».
Alberto Jiménez, que interpreta el papel de Vladimir, comenta que la complejidad textual de la obra provoca que después de haberla interpretado numerosas veces «aún hablamos de ella y descubrimos cosas nuevas».
Beckett describió su obra como «horriblemente cómica», y es por ello que para crear la obra la compañía ha revisitado el cine mudo cómico, el clown y los cómicos cervantinos y así conservar su tono «tragicómico», explica Simón. El director ha decidido rechazar las interpretaciones metafísicas del texto y ceñirse al guion de Beckett, partiendo de un relato «ordinario» para transmitir temas «extraordinarios», fijándose especialmente en la «profundidad humana de los personajes». Firme defensor del teatro de repertorio, considera que que «los clásicos deben ser revisitado». «Ser conservador puede llegar a ser revolucionario», defiende.