El último Mozart vuelve al Liceo
«La Clemenza di Tito», otra de las obras maestras que el compositor firmó en 1791, regresa a Barcelona con dirección de escena de David McVicar
No tiene la popularidad de «La Flauta Mágica» ni está envuelta por la leyenda negra del «Requiem», pero «La Clemenza di Tito» es otra de las obras maestras que Mozart compuso en 1791, su último año de vida, y en lo que respecta a calidad no les va a la zaga. Esta ópera vuelve a partir del miércoles al Gran Teatro del Liceo y su director artístico, Victor García de Gomar, no duda en destacar que «en aquél año toda la producción de Mozart fue extraordinaria». El reparto lo encabezan expertos cantantes mozartianos y la dirección de escena es de David McVicar. Se trata de un montaje creado para el Festival d’Art Lyrique d’Aix-en-Provence que se ha podido ver ya en coliseos como la Royal Opera House.
Escrita con fines propagandísticos con motivo de la coronación de Leopold II como rey de Bohemia, Mozart completó esta ópera en solamente seis semanas. La trama narra cómo Vitellia y su amante Sesto confabulan para asesinar a Tito Vespasiano, que, al enterarse de la conjura, perdona a los traidores para no pasar a la historia como un líder sanguinario.
El director musical de la producción, Philippe Auguin, señaló que «La Clemenza se resiente de algunas ideas preconcebidas». La primera, que se considere «ópera seria», lo que «predispone al público a llorar». Pero, por encima de todo, destaca la modernidad de la partitura. En pleno clasicismo, «hay escenas enteras que de podrían insertar en el Fidelio de Beethoven y no notaríamos la diferencia».
Se trata, según el batuta, de una música contemplativa, introspectiva, en la que los recitativos tienen un peso muy importante y por eso «necesita una buena dirección de escena». Ahí es donde entran McVicar y la repositora Marie Lambert, para quien el atractivo de esta ópera de basa en que «combina constantemente la razón y las emociones en el marco de un drama político que contiene historias de celos, violencia, sexo… y no para en ningún momento». Sin ser una propuesta totalmente clásica, la visión de McVicar evoca claramente la ambientación original de la trama, el siglo I d.C.
Amor y muerte
El tenor Paolo Fanale, la soprano Myrtò Papatanisiu y la mezzosoprano Stéphanie d’Oustrac encarnan los papeles principales (Tito, Vitellia y Sesto, respectivamente). Para esta última, el rol es «como estar en una lavadora» porque desde el principio al fin se debate entre el amor a Vitellia, la amistad con Tito Vespasiano y los planes para matarlo. «Es triste que no sea tan conocida, pero para los cantantes y actores es impresionante», apostillaba.
De hecho, pese a estar muy bien considerada por los expertos y contarse entre las últimas creaciones del compositor, «La Clemenza di Tito» nunca ha llegado a hacerse un hueco como habitual en las programacionesde ópera. Según Operabase, en la temporada 2018-19 solamente se representó 79 ocasiones en todo el mundo, en 14 producciones diferentes.
A años luz, por tanto, de su coetánea, «La flauta mágica», que se pudo ver un toal de 707 veces (casi dos cada día) en nada menos que 125 montajes diferentes. Esto, según Auguin, puede ser una ventaja, ya que «tal vez el hecho de que durante un tiempo no se representara ha jugado a favor, pues ha llegado a la actualidad más auténtica, más única».
Otro dato que da cuenta de la escasa popularidad con la que ha contado, hay que destacar que, aunque se estrenó en Praga en 1791, al Liceo no llegó hasta casi dos siglos después, en 1963. La última vez que pudo verse en el escenario de Las Ramblas fue en 2006. Ahora, «La clemenza» se representará del 19 al 27 de febrero, pero volverá al Liceo de Barcelona poco después, del 17 al 29 de abril.