CRÍTICA DE LÁSICA
Trompas en la niebla
La actuación de la OBC sonó convincente, con unos tempi que dieron a la partitura todo el frescor virtuosístico y experimental que buscó Schumann
![Un concierto de la OBC en el Auditori](https://s3.abcstatics.com/media/espana/2018/09/30/SALA_780.0-U30744171449kHD--1248x698@abc.jpg)
La fascinación del maestro Ono por los metales debe ser similar a la que sintió Schumann cuando, pocos años después de que la trompa de pistones alcanzara la forma con la aún hoy la conocemos, se puso a explorar su potencial sonoro. Hace tres años, en la Sagrada Familia, la apertura de temporada incluyó las «Signals from heaven» de Takemitsu. En esta ocasión, ha sido el «Concierto para cuatro trompas y orquesta» de Schumann el preámbulo a otra obra con la trompa como protagonista destacado, la «Quinta» de Mahler, escrita medio siglo después. Excelente elección, pues, del repertorio: toda una lección de organología práctica.
En manos de Ono, el Concierto sonó convincente, con unos tempi que dieron a la partitura todo el frescor virtuosístico y experimental que buscó Schumann. Cabe celebrar la presencia de Stefan Dohr como primer trompa del cuarteto solista, perfectamente conjuntado con tres excelentes músicos de la OBC. De propina, una preciosa transcripción para cuatro trompas de la canción catalana «El cant dels ocells».
La lectura de la Quinta no puede saludarse con tanto entusiasmo. La estética sonora de Ono, que esta misma semana ha renovado su contrato con la OBC hasta 2022, busca, por un lado, la espectacularidad de los decibelios y, por otro, la sutileza etérea de un jardín zen en los pasajes más sublimes. Esto le funciona en largo pasajes donde se puede recrear en los timbres, como el Adagietto que, a pesar de algún desajuste derivado de un gesto quizás demasiado etéreo, dejó un buen sabor de boca. En cambio, cuando se trata de alternar clímax y anticlímax como en el primer movimiento de la misma obra, la sutileza deriva en una neblina en la que se desvanece la pulsión dramática de la partitura. Con todo, la acumulación de decibelios en los pasajes más brillantes, incluido el final, llevó al público a estallar en una sonora ovación.
Siendo noche inaugural, el presidente de la Generalitat, Joaquim Torra, estuvo en el palco de invitados . No se presentó, en cambio, la alcaldesa, Ada Colau, pese a que tanto la Orquesta como el Auditori son de titularidad municipal. Sea por ignorancia, por imprudencia, por inconsciencia o por mala fe (¿piensa acaso la alcaldesa que el público de la música clásica no es más que una élite de burgueses de derechas?), fue un desplante difícilmente justificable.
Música: R. Schumann y G. Mahler. Intérpretes: S. Dohr, J. M. Gómez, J. V. Castelló, j. M. Asensi, trompas. Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Catalunya. Dirección: Kazushi Ono. Lugar: L’Auditori, Barcelona. Fecha: 28-09-18