Crítica de ópera

Un 'War Requiem' de altísimo nivel

A nivel musical, la propuesta del Liceo raya la perfección. El director Josep Pons conoce la partitura como la palma de su mano, y su lectura extrae todo el jugo de una partitura llena de detalles

El barítono Matthias Goerne, durante la representación Inés Baucells

Pep Gorgori

Hay pocas ocasiones para escuchar en Barcelona el 'Réquiem de guerra' de Benjamin Britten, una obra de enormes dimensiones musicales y espirituales. Escrita como reflejo y respuesta a las guerras y las convulsiones del siglo XX, es un alegato pacifista construido a partir del texto de la misa de difuntos, alternado con los versos del poeta soldado Wilfred Owen, muerto en el frente de batalla siete días antes del final de la primera guerra mundial. Se trata de una partitura compleja y densa, pero que ofrece momentos impresionantes incluso al público menos acostumbrado a la música de la segunda mitad del siglo XX.

Es un acierto, pues, que el Liceo se haya animado a traer a la ciudad la producción escenificada que presentó Daniel Kramer en la English National Opera en 2018. En aquel momento, el regista planteó el 'War Requiem' como una invitación a la reflexión sobre las consecuencias del Brexit. La pandemia no solamente no ha dejado desfasada su propuesta, sino que incluso le ha añadido valor. Con la proyección a gran escala de imágenes de Wolfgang Tillmans, Kramer logra subrayar el mensaje de Britten sobre el pacifismo, la muerte, la vida y la transformación de las personas, sin forzar la obra. De hecho, el propio compositor, figura destacada en el terreno de la ópera, pensó varios aspectos de la partitura como si fuera más una representación teatral que como un oratorio. La versión de Kramer conmueve y, al mismo tiempo, permite disfrutar de la música interactuando con ella, sin interferirla.

A nivel musical, la propuesta del Liceo raya la perfección. El director Josep Pons conoce la partitura como la palma de su mano, y su lectura extrae todo el jugo de una partitura llena de detalles. Mención aparte merecen los tres solistas. El teatro ha logrado mantener el simbolismo original que buscó Britten, reuniendo a un cantante británico, Mark Padmore; uno alemán, Matthias Goerne; y una rusa, Tatiana Pavlovskaya; y al mismo tiempo lograr que sea un elenco idóneo para esta obra. La interpretación de los tres merece quedar para los anales del 'War Requiem' como un equipo envidiable. A ellos hay que añadir el siempre excelente coro infantil 'Veus'. Archipremiado, en esta producción certifica una vez más por qué posee la reputación que posee. La orquesta estuvo a la altura del conjunto, y el coro cumplió a la perfección, si bien acusó la inevitable incorporación de voces externas de refuerzo y el uso de la mascarilla.

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