El regreso de la autosuficiencia
Siembra, comunidad y conocimiento de antaño, para salir adelante en Barcelona
En diciembre pasado, el parlamento europeo otorgó el premio «Contribución a la Conservación» a la empresa Delta Polet , por su actividad ecoturística. Josep Bertomeu, Polet, es de familia de agricultores del arroz, de Deltebre (Tarragona). Sin embargo, hace un par de décadas, con la crisis ocasionada por la introducción de la maquinaria para la cosecha, Polet decidió crear una empresa turística que salvaguardara el conocimiento del proceso de siembra y cosecha del arroz, así como de la riqueza natural del Delta del Ebro .
Hace unos meses, como una premonición de lo que vendría (el temporal Gloria y la pandemia) Polet y su hijo crearon la premiada experiencia familiar que pretende enseñar a los visitantes «todo lo necesario para ser autosuficientes »: sembrar, cosechar y moler el arroz, pescar con redes, cazar aves con pinos de madera, distinguir entre los pájaros de la zona que son más o menos fáciles de cazar, y remar entre los arrozales. «Nos dimos cuenta que en breve, cuando las ciudades ya no puedan sostenernos, la gente volverá a los campos y necesitará saber esta información, que nosotros aprendimos de nuestros abuelos, para poder sobrevivir». Un par de meses después, la zona del Delta fue devastada por un tremendo temporal. Y, aunque, este verano el turismo abarrotó la zona, la pertinencia de la actividad premiada es cada vez más latente.
Con la pandemia y las familias en casa, una de las actividades que enseña Polet cobró interés en las ciudades: la siembra de los alimentos. Como el oriundo de Deltebre, Semillas Fitó, que cumple 140 años innovando en la mejora genética , producción y distribución de semillas, se adelantaron a lo que vendría. Desde hace meses, la empresa de Sant Martí de Provençals, trabaja con la Bullipedia de Ferran Adrià, para crear el libro « Sapiens del tomate », que se presentará en octubre.
Además, la empresa fundada por Ramon Fitó en 1880, lleva años perfeccionando una variedad de tomate que garantice el mismo sabor del tomate tradicional, pero durante todo el año. Los tomates Monterosa , producidos por ellos, son líderes en producción de tomate en Cataluña, con un 20% más con respecto al año pasado.
De los campos, Fitó salta desde hace algunos años también a los terrados y a los balcones de la ciudad. «Nuestra misión es hacer pedagogía del tomate y democratizar su sabor », explican desde la empresa centenaria. Pedagogía para lo que pueda venir. O ya está aquí.
Como sembrar no es algo que se aprende de un día para el otro, la nueva normalidad también ha catapultado las compras directas al productor, no solo a través de plataformas como la impulsada desde la revista Cuina, Mercat Arrels, o la Gastroteca, de Prodeca (Generalitat), sino también a través de otras iniciativas ciudadanas, como La Colmena que dice que sí, que también agrupa y conecta a distribuidores y consumidores. El crecimiento de las mismas en la ciudad ha sido digno de premio. Actualmente existen 14, la última incorporación ha sido la de Navas. Otras cooperativas también han ampliado su distribución y miembros, a raíz de la pandemia.
Inspirados en la misma filosofía de colaboración, así como por distintas iniciativas que florecieron durante los meses más crudos de la crisis del Covid19, han surgido también organizaciones de vecinos. De Veí a Veí, en el barrio de Sant Antoni , lleva trabajando desde 2011, entregando alimentos a las familias más necesitadas. Entre marzo y junio, la entidad tomó fuerza e inspiró a otros barrios a crear lo mismo. Las «collas» de vecinos, ya antaño organizadas para crear las fiestas de barrios como el Poblesec, Gràcia o Sants, no han dejado de cuidar de los más vulnerables.
Polet no lo contempla en su actividad, pero cuando la autosuficiencia vuelva, los vecinos jugarán un papel muy importante en la sobrevivencia de la comunidad. Organizaciones como la suya, servirán para recordarnos el conocimiento milenario que, si no fuera por esfuerzos como el suyo, se habría olvidado entre tabique y maquinaria. Para fortuna de todos, Polet y su hijo no están solos en la tarea, les respaldan cientos de productores, consumidores y vecinos.
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