Quirat, el último restaurante que abre en Barcelona con chef de estrella Michelin

Víctor Torres dirige el establecimiento gastronómico del hotel de cinco estrellas InterContinental Barcelona, donde solo se ofrecen cenas de martes a sábado con reinterpretaciones de los productos de proximidad

Víctor Torres, el chef más joven de España con estrella Michelin ABC

Joan Carles Valero

Tras nueve años en Les Magnòlies (Arbúcies, Gerona), Víctor Torres, el chef más joven de España en obtener una estrella Michelin, logra acercar su interpretación gastronómica del producto de proximidad a su Barcelona natal a través de un acuerdo por el que dirige el restaurante Quirat del hotel de cinco estrellas InterContinental, en la avenida Rius i Taulet de Montjuïc.

Quirat, que en catalán significa «quilate», representa la pureza y la riqueza de los elementos que componen la tierra y ofrece desde esta semana solo cenas con dos menús gastronómicos: el corto de 70 euros más maridaje y el largo por 110 más maridaje. La cocina del establecimiento es anexa a la del otro restaurante del hotel, Arrel, que con más de 500 metros cuadrados pasa por ser la más grande de la hostelería barcelonesa. De hecho, en el InterContinental, que abrió sus puertas en noviembre, todo es a lo grande, ya que el hotel cuenta con 19 salones para eventos con más de 3.500 metros cuadrados. En la cubierta de tamaña superficie se está ultimando un jardín y un huerto para cultivar productos de «metro 0» para Quirat.

La carta del nuevo establecimiento incluye propuestas elaboradas con productos de proveedores cercanos, como el espárrago blanco de Gavá con kokotxas de merluza con su pilpil o el huevo de corral sobre guisantes de lágrima con butifarra negra y tripitas de bacalao, una interpretación del mar y montaña que culmina en otro plato: arroz meloso de espardeñas y alitas de pollo. Otras creaciones que respetan los ciclos de la vida animal y vegetal son el pescado de lonja semicurado con agua de tomate y cítricos o el yogurt con pepino, apio y solo aceite. Los dos menús degustación comparten los entrantes: consomé de jamón ibérico con espuma suave de menta, el taco de celeri y huevas de trucha, una interpretación de la bomba de la Barceloneta, pero en vez de patata con dauphine, tomate y queso Tou dels Til.lers y, en el caso del menú largo, también la ostra con clorofila.

Geometrías geológicas

El nuevo restaurante consta de un comedor exclusivo para un máximo de 60 personas. El espacio de Quirat está inspirado en las piedras preciosas y las geometrías geológicas. Las paredes del salón privado para doce comensales son de vidrio y metal con textura personalizada y ofrecen el telón de fondo octogonal de los suelos con incrustaciones. Un espacio rematado con lámparas de araña con forma de diamante y el uso intensivo de materiales brillantes, lo que hace que los clientes se sientan como si hubieran entrado en una geoda de tamaño natural. La vajilla es de La Bisbal del Ampurdán.

Víctor Torres, que está a punto de casarse, destaca que «después de tantos meses estamos muy contentos de poder abrir, por fin, las puertas de Quirat, un proyecto que supone todo un reto para mí y en el que hemos trabajado tanto». El chef quiere que el nuevo restaurante se convierta en un referente gastronómico en la ciudad y por eso, «tanto mi equipo como yo, venimos con muchas ganas de traer a Barcelona la cocina que llevo realizando en Les Magnòlies basada en la excelencia del producto y la pureza de sabores».

Por su parte Enrique Escofet, director general de InterContinental Barcelona, añade que «con esta apertura completamos nuestra oferta gastronómica, formada por Quirat, el restaurante Arrel; el Cocktail Bar Gebre; el Boira Coffee Lounge, el restaurante 173 Rooftoop Terrace y la Terraza Montjuic, y cogemos velocidad de crucero, con la mayoría de nuestras instalaciones y servicios abiertos y funcionando a pleno rendimiento». El próximo 29 de abril el hotel también inaugurará un club privado o «boite» en la planta -1 para que los asistentes a las celebraciones en el hotel no tengan que desplazarse para bailar y tomar copas.

Turismo urbanita

Convertirse en un reinventor del turismo urbano de lujo a través de un diseño cosmopolita e innovador es el «leitmotiv» del nuevo InterContinental Barcelona, en el corazón de Montjuic. Además de Quirat, otra de sus interesantes ofertas para los barceloneses es el restaurante Arrel, que significa «raíces», es una atractiva y competitiva apuesta para gozar de un menú ejecutivo diario al precio de 35 euros en un ambiente presidido por una cocina abierta y un gran y biombo de madera envejecida con celosía entrelazada que imita las raíces y envuelve a los comensales, mientras que una cinta de cristal serpentea por encima de las cabezas de los comensales. Esta propuesta gastronómica homenajea a la tierra de proximidad y a todos los preciados productos que nos ofrece en cada una de las estaciones.

La oferta del InterContinental para los barceloneses se completa con la coctelería Gebre, escarcha en catalán, el rocío helado de la noche, que con una gran barra preside la primera planta del hotel de la aveneida Rius i Taulet. También desde la calle es visible el gigantesco expositor de botellas con paneles de cristal translúcido y metal pulido. Todo en este establecimiento rezuma la representación de la naturaleza y el tiempo, y en el caso de Gebre, lo hace a través de la esencia de la tierra en su estado más frío. La oferta incluye clásicos de la coctelería, además de una carta de cócteles artesanos de autor en un ambiente de lujo y decoración art decó.

De la mano del estudio de diseño Brime Robbins, en asociación con la marca Intercontinental, el nuevo hotel se ha transformado completamente para ofrecer una combinación del saber hacer internacional con la cultura y las tradiciones locales y la pasión por la gastronomía. El arte, presente en cada rincón del hotel, es otro hilo conductor por la ciudad a través de obras que representan de forma inequívoca elementos de Barcelona.

Las piezas de arte encajan en el rompecabezas del diseño interior y mejoran el espacio como una extensión de los suelos, las paredes o los techos. Un gran mapa de metal de la ciudad de 7 metros de altura envuelve la gran escalera y cerámicas catalanas posan en silueta como una pantalla de doble altura entre el restaurante y el café lounge, también abierto al público de la calle. Además, como línea estratégica dentro de la política y la cultura de RSC del hotel, se ha contado con proveedores, fabricantes y diseñadores locales para los textiles, moquetas y alfombras, revestimientos, vidrios e iluminación para reforzar y transmitir a los huéspedes toda la esencia local, patrimonio cultural y sentido del lugar a los huéspedes. Y para lograr que los barceloneses se sientan en su casa, de lujo.

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