Perfección alemana con aires japoneses

En L'Auditori, los Armida hicieron buena la fama que los precede con una interpretación cercana a la perfección y con los contrastes entre extremos por bandera

El cuarteto Armida, en una imagen promocional ABC

Pep Gorgori

El ciclo de música de cámara de L’Auditori de Barcelona esconde cada temporada no pocas perlas que a menudo pasan desapercibidas para un público ansioso de grandes nombres. Ha sido el caso, esta semana, del concierto del que se considera uno de los mejores cuartetos de cuerda de reciente formación en Europa: el cuarteto Armida. Lo integran cuatro jóvenes berlineses que desde 2012 vienen cosechando éxitos por todo el continente.

En L’Auditori, donde empiezan a contar con un público fiel, han desembarcado esta vez con dos obras bien conocidas de Beethoven (op 18/1) y Schubert (D 887), pero también con el estreno mundial de «Fràgil», obra del compositor catalán residente en este equipamiento musical durante la temporada 19-20. Es bueno alabar, por un lado, la buena disposición del cuarteto para abordar con tanto rigor una obra de nueva creación y, por otro, la iniciativa de L’Auditori para hacer que esto sea posible, cumpliendo así con uno de los objetivos ineludibles de un organismo público.

Humet ha escrito una obra que explora los límites del sonido y el silencio de una manera que hace pensar en la escultura de Chillida, donde lo material es tan importante como el vacío. Lo hace, además, con reminiscencias «zen» que evocan el amor de Humet por lo japonés. Con este objetivo, el compositor busca trabaja con diferentes sonoridades de los instrumentos de cuerda, que van desde el sonido aflautado que deriva de tocar «sul ponticello» al uso de arcos sin resina. La electrónica también está presente, con la reproducción de sonidos grabados que en buena parte se perciben casi como ruido blanco. De algún modo, es un bajo continuo barroco revisitado en el siglo XXI, que sirve de pedestal para la escultura sonora del cuarteto.

En todo el programa, los Armida hicieron buena la fama que los precede con una interpretación cercana a la perfección y con los contrastes entre extremos por bandera -sus pianissimi quitan la respiración-. Parece que aún les falta trabar algo mejor un estilo más personal y diferenciado, pero tienen mucho tiempo por delante. Fundado en 2006, no fue hasta 2012 cuando empezaron una verdadera carrera internacional. Entre sus proyectos se encuentra hoy la grabación de la integral de los cuartetos de Mozart. Habrá que estar atentos.

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