Peralada: locos por el barroco

Con el estreno de «Rinaldo» arrancó el domingo una serie de espectáculos centrados en Händel

Xavier Sabata, junto a Núria Rial y Hillary Summers durante la representación Joan Castro-Iconna

Pablo Meléndez-Haddad

Música: G. F. Händel. Intérpretes: X. Sabata, N. Rial, H. Summers, M.-E. Nesi, J. Sancho, J.-R. Olivé. Vespres d’Arnadí. Dirección: D. Espasa. Dir. escena: X. Sabata. Lugar: Iglesia del Carmen, Peralada. Fecha: 05 de agosto.

Con el estreno español de la versión de 1731 de «Rinaldo» de Händel, el Festival Castell de Peralada arrancó el domingo una serie de espectáculos centrados en el gran compositor alemán, «Rinaldo» ha sido la segunda ópera en Peralada de este verano después de la «Thaïs» de Massenet que el 29 de julio contó con Plácido Domingo y Ermonela Jaho.

Esta vez el repertorio obligaba a un reparto conformado por expertos en el estilo, y aunque se anunció como una versión en forma de concierto, finalmente hubo una clarificadora acción escénica que ayudó a la comprensión de la obra y que firmó el artífice del proyecto –también se encargó de la dirección artística–, el contratenor barcelonés Xavier Sabata.

El proyecto valió mucho la pena, ya que sirvió para demostrar la belleza de la obra händeliana y la calidad y refinamiento estilístico de los músicos locales encabezados por el propio Sabata, la soprano Núria Rial, el tenor Juan Sancho, el barítono Josep-Ramón Olivé, la fantástica orquesta barroca Vespres d’Arnadí y su director, un impecable Dani Espasa que controló todo y a todos desde el clave sin mayores apuros, consiguiendo además un triunfo en lo personal.

A este puñado de talentos nacionales le acompañó una intérprete consagrada en el ámbito del Barroco como es la contralto Hillary Summers como Argante, el rey moro de Jerusalén, que apareció en un forma más bien discreta en cuanto a proyección. Su aliada, la malvada hechicera Armida tuvo en la mezzo Mary-Ellen Nesi a la intérprete ideal por línea, color vocal, ímpetu y virtuosismo. Pero si de virtuosos se trata, ahí estaba Xavier Sabata, emocionando con su entrega –su «Cara sposa», para llorar–, dominio estilístico y perfecta afinación, muy bien apoyado por la gran Núria Rial, una dulce Almirena que controló su canto hasta en el más mínimo detalle en su auspicioso debut en Peralada.

El sevillano Juan Sancho dejó claras sus capacidades y poderío defendiendo el personaje de Goffredo, al mando de la cruzada, mientras el siempre eficaz Josep-Ramon Olivé sobresalía como un Mago –algo hippie– de voz profunda, ágil y corpórea. Este «Rinaldo» ampurdanés resultó ser todo un acierto.

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