Clásica

Un 'Mesías' breve pero intenso

El 'Mesías' es un oratorio monumental, de unas tres horas de duración, y es frecuente recortar la obra para que se haga más llevadera para el público y los músicos

Maria Pujades y Marta Infante, durante la interpretación Martí E. Berenguer

Pep Gorgori

El 'Mesías' de Händel sigue siendo el gran clásico navideño, por mucho que intentemos recordar que, en realidad, no es una obra sacra y además tiene más que ver con la Semana Santa que con el Nacimiento. La oferta es tan amplia que se hace complicado elegir uno, pero el que proponía este año el Palau con la Franz Schubert Filharmonia (FSF), el coro Francesc Valls y Paul Agnew al frente prometía bastante. Y lo cierto es que cumplió sobradamente, gracias al coro, el buen hacer del reputado director y a los solistas vocales, entre los que destacó la mezzo Marta Infante.

El 'Mesías' es un oratorio monumental, de unas tres horas de duración, y es frecuente recortar la obra para que se haga más llevadera para el público y los músicos -ensayar un concierto de una hora y media no es lo mismo que ensayar uno de tres, y eso los presupuestos de las giras también lo notan-. Esta fue la opción de la FSF, que por otra parte, como es obvio, la interpretó con instrumentos románticos, los propios de esta formación, y no históricos.

Ambas opciones -los recortes y el uso de instrumentos modernos- son perfectamente válidas, y últimamente se reivindica que las orquestas sinfónicas se atrevan a volver al repertorio barroco, que ellas mismas dieron a conocer antes de que el concepto de música antigua y criterios historicistas se adueñaran de todo lo compuesto hasta el siglo XVIII. Bajo la dirección de Agnew, además, la FSF hizo un buen trabajo de adaptación, acoplándose no sin alguna dificultad al estilo, la ornamentación y el fraseo propios de la época de Händel. Conviene destacar, pues, la excelente labor de Agnew, que brilló e hizo brillar al coro Francesc Valls. La formación barcelonesa exhibió un excelente estado de forma, tanto a nivel técnico como expresivo. Una vez más, se constatan las ganas de volver a escuchar a los coros sin mascarillas, que en este caso atenuaron lo que se intuía como un muy bello sonido.

Marta Infante, excelente conocedora del repertorio barroco, lució oficio tanto en las exigentes agilidades como en los pasajes más sublimes, firmando un 'He was despised' difícil de olvidar. A su lado, Maria Pujades tuvo que asumir a última hora la responsabilidad de abordar la parte de soprano solista en sustitución de Eugenia Boix, por enfermedad de ésta. Aunque en 'Rejoice greatly' acusó algo la presión, su voz cristalina sirvió un precioso 'I know that my Redeemer liveth'. Albert Casals y Elías Arranz completaron con excelentes cualidades el elenco de solistas.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación