El Liceu se vuelca en la despedida internacional de Montserrat Caballé

El Gran Teatre reúne este viernes a Josep Carreras, Jaume Aragall y Joan Pons, entre otros, en un concierto de homenaje

La soprano Montserrat Martí (c) hija de Montserrat Caballé, el tenor Josep Carreras (i) y el presidente del Patronato del Liceu, Salvador Alemany (d), durante la presentación del concierto Efe

Pep Gorgori

El cementerio de Sant Andreu (Barcelona) fue fundado en uno de los pueblecitos que rodeaban la Ciudad Condal antes de que ésta los fagocitara a principios del siglo XX. Se encuentra en un barrio eminentemente obrero, y entre semana casi no hay visitantes. A pesar de contar con algunos panteones con influencia modernista, queda demasiado apartado de las rutas de turismo y no es tan atractivo como el de Poblenou. Al nicho donde reposa Montserrat Caballé le da el sol de tarde.

Unos operarios hacen tareas de mantenimiento cerca. Un poco más allá, un perro y un gato mantienen una animada conversación, lo único que rompe la paz del lugar. No hay flores en la tumba de Caballé. Cuando falleció, su familia ya explicó que ella no quiso honores. Es un nicho más. De tan humilde, en la lápida no figura ni tan siquiera el nombre de la diva. El último enterrado ahí, según la inscripción, es su padre, Carlos, que recibió sepultura en 1995. Una moderna herramienta que permite buscar los nombres de los difuntos a la entrada es lo único que permite saber que ella está en ese lugar.

Hoy habría cumplido 86 años, y por eso el Liceu ha escogido esta fecha para organizar un gran acto internacional de homenaje a la que fue la más grande de sus divas. El título del concierto recuerda uno de los detalles más recordados de la cantante, aparte de su voz: «La sonrisa de Montserrat Caballé». Las localidades están prácticamente agotadas, y en él participarán numerosas personalidades del mundo de la lírica. Su hija, Montserrat Martí, destacó ayer que el primer aniversario sin ella «será menos triste gracias a este homenaje», y agradeció «el cariño y el amor que esta casa siempre ha mostrado hacia mi madre».

El acto lo abrirá el tenor Josep Carreras con la canción napolitana «Dicitencello Vuie», y tras él irán actuando figuras estrechamente relacionadas con Caballé, como Jaume Aragall, Joan Pons y Begoña Alberdi. Emocionado, Carreras recuerda: «conmigo se comportó siempre como una hermana mayor». Aseguró estar muy contento de poder formar parte de este tributo, que «no es un homenaje a Montserrat sino a La Caballé». Lo mismo destacaba ayer el presidente del patronato del Liceu, Salvador Alemany, que recordó que en noviembre ya se organizó un Requiem de Verdi en la catedral de Barcelona que «fue la despedida de la persona» y que hoy «lo que hacemos es el gran homenaje internacional a la diva».

Al Bano y Lluís Pasqual

El acto cuenta con la dirección escénica de Lluís Pasqual y la dirección musical de Guillermo García Calvo. Además de las actuaciones en directo, se proyectarán grabaciones históricas de Caballé y vídeos con saludos de personalidades de la lírica que habrían querido estar presentes, pero por cuestiones de agenda no han podido desplazarse a Barcelona. También Al Bano, amigo de la diva, subirá al escenario del Liceu hoy.

En el homenaje no faltarán jóvenes valores, como la soprano Saioa Hernández, que en 2018 fue la primera española invitada a inaugurar la temporada de la Scala de Milán –ni la mismísima Caballé tuvo ese honor–. También estará presente Anthony Harutian, cantante de 19 años que se considera el último discípulo que tuvo la diva. Coincidieron siendo él un niño, hace una década, a través de conocidos comunes. Empezó a estudiar canto hace solamente cuatro años, y explica que «Montserrat siempre me apoyaba, me animaba a seguir formándome, e incluso me había hablado de hacer algún concierto juntos, pero Dios tenía otros planes».

Previamente, y en el mismo Liceu, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, presidirá la entrega, a título póstumo, de la medalla de Oro de la Ciudad. El consistorio aprobó en noviembre concederle esta distinción teniendo en cuenta «su destacada trayectoria como soprano e intérprete virtuosa de la música y de la ópera, por su vinculación con la ciudad de Barcelona y por su condición de embajadora cultural internacional». La consejera de Cultura, Mariàngela Vilallonga, también asistirá a este acto de reconocimiento.

Hoy el sol bañará una vez más la humilde sepultura de Caballé a la misma hora en la que en su querido Liceu - el escenario que la vio nacer y crecer como cantante- le conceden la Medalla de Oro de Barcelona y numerosos amigos y conocidos la recuerden en un acto por todo lo alto.

Ella, seguramente, sonreirá desde donde esté.

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