El Liceo reflexiona sobre el buen gusto con Strauss

'Ariadne auf Naxos' inaugura el miércoles la temporada del 175º aniversario del teatro barcelonés

Una escena de la ópera durante su representación en Festival d'Aix-en-Provence de 2018 © Pascal Victor / ArtComPress

Pep Gorgori

La ópera 'Ariadne auf Naxos' de Richard Strauss abrirá la temporada del 175º aniversario del Gran Teatro del Liceo de Barcelona el próximo miércoles. Estrenada en 1912, es una ópera poco representada en Barcelona: no se estrenó hasta 1943, y desde entonces solamente se han programado veinticuatro funciones. Y eso que se trata de uno de los títulos emblemáticos del compositor muniqués, hecho en colaboración con el poeta Hugo von Hofmannsthal. En esta ocasión, la puesta en escena corre a cargo de Katie Mitchell. El reparto lo encabezan Miina-Liisa Värelä y Johanni van Oostrum como Ariadne, rol que tenía que abordar Iréne Theorin, baja de última hora por motivos de salud. El papel de Zerbinetta lo asumen dos españolas, Elena Sancho Pereg y Sara Blanch.

La acción se sitúa en el domicilio de un rico vienés con tanto dinero como mal gusto, que ofrece una lujosa recepción a sus amigos. Ha previsto como colofón dos funciones teatrales. Una, de un grupo de teatro que representará la tragedia griega 'Ariadna en Naxos'. Otra, mucho más ligera, va a cargo de un grupo de 'Commedia dell'Arte', con su Arlequín y varios arquetipos entre los que se encuentra Zerbinetta. El tiempo se les echa encima, y el adinerado anfitrión decide que, para ahorrar tiempo, ambas compañías junten sus funciones en un solo espectáculo improvisado. Es así como Zerbinetta acaba plantándose en la isla de Naxos para consolar a la abandonada Ariadna.

Pirotecnia vocal

La ópera incluye una de las arias más complicadas para una soprano de coloratura. Zerbinetta es un personaje tan adorado como temido por las cantantes, y su gran intervención exige alrededor de doce minutos de pura pirotecnia vocal. Sancho Pereg admite: «Es como un milagro, haces cosas que ni sabes cómo te salen, pero al final te salen».

En la producción de Katie Mitchell, se respeta escrupulosamente esta ambientación, pero se hace un esfuerzo para que el público vea en todo momento no solamente la función de Ariadna y Zerbinetta, sino también todo lo que sucede entre el público vienés y entre bambalinas. Da, eso sí, un giro sorprendente. La repositora, Eloise Lally, explica: «En nuestra versión, Teseo abandona en Naxos a una Ariadne embarazada». Este detalle otorga un carácter de los personajes, ya que tradicionalmente «tenemos una Zerbinetta que se presenta como una fantasía masculina muy sexualizada y una Ariadna que simplemente espera que caiga un hombre del cielo». Aquí, en cambio, «ambas se ponen de acuerdo en la transformación que les importa, que es la de ser madre».

Uno de los atractivos de esta ópera es la escritura orquestal de Strauss. En ella está muy presente la influencia de Wagner, aunque incluye ya elementos que definirán la música del siglo XX. Para el director musical, Josep Pons, «Strauss es un genio de la orquestación, que opta por una formación reducida, pero es capaz de hacer que suene ya como un grupo de cámara, ya como una gran orquesta sinfónica».

Aunque no se trate de uno de los grandes títulos del repertorio, el director artístico del Liceo, Víctor García de Gomar, explica que «quisimos darle una oportunidad como inicio de la temporada, en lugar de repetir otros títulos más frecuentes». En esta línea de renovación, el próximo montaje será también de un autor relativamente reciente, Benjamin Britten, de quien se propone ver su 'Requiem de guerra', un oratorio de gran formato, con un montaje escenográfico que recreará la crudeza de las guerras que marcaron el siglo XX.

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