CRÍTICA DE CLÁSICA

Judith, contra los elementos

Jordi Savall, con su Capella Reial de Catalunya y su Concert des Nations, ofrecieron una lectura brillante y bellísima de Vivaldi

Jordi Savall, en una imagen de archivo L'AUDITORI

Pep Gorgori

Hace trescientos años, Venecia quiso celebrar una victoria militar contra el imperio turco encargando a Vivaldi un oratorio que exaltase las glorias de la república evocando las gestas bíblicas de Judith, salvadora del pueblo judío ante las iras de Holofernes. El resultado fue una excelente partitura, llena de momentos esplendorosos al lado de paréntesis sublimes de aquellos que solamente genios como Vivaldi saben crear. Terreno abonado, pues, para que el director Jordi Savall , con su Capella Reial de Catalunya y su Concert des Nations, ofreciesen, como hicieron, una lectura en general brillante y bellísima de la obra.

Mención especial merece, de entrada, la Juditha de la mezzosoprano noruega Marianne Beate Kielland , con una voz cálida y rotunda a partes iguales. Ella firmó, con Lorenzo Coppola al chalumeau, el mejor momento de la velada: el aria «Veni, me sequere fida» fue solamente manchada por la tos inoportuna de algún espectador, que molestó justificada y visiblemente a Savall. A su lado, las coloraturas de Rachel Redmond y la solemnidad de Kristin Mulders en el breve pero impactante rol de Ozias, completaron lo mejor del elenco.

Con todo, poco imaginó Judith que en una noche así acabaría luchando no solamente con Holofernes, sino también y sobre todo contra los elementos. Quizás por el cansancio acumulado al ser el tercer concierto en tres días consecutivos , el de Barcelona (tras París y Verona) registró un cúmulo de accidentes que superó lo razonable en una inauguración de temporada de la programación de Música Antigua en el Auditori, como era el caso.

Nada más empezar, un problema técnico obligó a Savall a volver entre bambalinas para pedir que los altavoces de la sala dejasen de emitir un molesto zumbido. Acto seguido, vimos como Manfredo Kraemer, a quien debemos tantas noches de deleite y que ha demostrado un talento enorme en multitud de ocasiones, no tuvo su mejor día . Causó desconcierto desde el primer compás con una lectura francamente creativa de la partitura. Un susto similar causó la mandolina de Rolf Lislevand ya en la segunda parte, en el acompañamiento del aria «Transit aetas». En el cuarteto solista vocal, una descentrada Lucía Martín Cartón, para más inri única española entre los lugares destacados del reparto, exhibió problemas de proyección y de respiración que culminaron con un sonoro error en la primera nota del recitativo «Venio, Juditha, animo fave», justo después de la sublime «Veni, me sequere fida» ya mencionada.

Al otro lado de la balanza, el savoire faire de Savall y el nivel de sus músicos permitió que Juditha saliera victoriosa pese a todo, con ayuda también de las voces femeninas de la Capella Reial de Catalunya, que comandadas por Lluís Vilamajó exhiben un excelentísimo momento de forma.

Música: A. Vivaldi. Intérpretes:, M. B. Kielland y K. Mulders, mezzosopranos; R. Redmon y L. Martín-Cartón, sopranos; M. de Liso, contralto. La Capella Reial de Catalunya, Le Concert des Nations. Dir: Jordi Savall. Lugar: L’Auditori, Barcelona. Fecha: 17-10-18

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