La incertidumbre, una feliz posibilidad

Stephens nos invita a contemplar las incertidumbres desde el optimismo en vez de la ansiedad y el desasosiego con 'Heisenberg'

Pep Cruz y Sílvia Bel La Beckett

Sergi Doria

Vivimos en la incertidumbre: precariedad laboral, pandemia sin resolver, problemática planificación del ocio, inestabilidad sentimental: la sociedad líquida de Bauman. Nos quejamos… Pero… ¿Seríamos más felices si todo en nuestras vidas estuviera ya predeterminado?

En 'Heisenberg', Simon Stephens toma la ciencia para adentrarse en la humanidad. Y lo hace a partir del Principio de la Incertidumbre que formuló Werner Heisenberg en 1927. Según la física cuántica, aunque identifiquemos con precisión la posición exacta de un átomo, su proyección y velocidad hace imposible medir de forma precisa su siguiente posición. Moraleja: la sorpresa es también la madre de la ciencia.

Stephens aplica la teoría de Heisenberg a la vida y las intermitencias del amor. Como afirma Àlex (Pep Cruz) mientras escucha las 'Variaciones Goldberg' de Bach, lo importante de la música no son las notas, sino el espacio entre las notas. Este carnicero melómano y setentón ha conocido a Clare (Sílvia Bel), una mujer imprevisible, capaz de conjugar una conversación repleta de tacos con la confesión más descarnada de su soledad. Les separan más de treinta años… Pero, como los átomos de Heisenberg, la incertidumbre que presidía sus existencias ha dado paso a la inesperada posibilidad del amor.

Stephens nos invita en 'Heisenberg' a contemplar las incertidumbres desde el optimismo en vez de la ansiedad y el desasosiego. La vida metódica y previsible de un hombre que no conoció la pasión y que da por acabado su papel en este mundo cambia de súbito con la irrupción de una mujer que ha fracasado en su matrimonio con un hijo al que no puede localizar. Dos soledades que pasan del Principio de Incertidumbre al de la ilusión.

Pep Cruz y Sílvia Bel bordan el espléndido texto del dramaturgo británico . La acertada escenografía de Paco Azorín con forma de barco cuyos bamboleos nos recuerdan aquel otro principio, esta vez de Montaigne, de que la vida es ondulante.

Si el teatro promueve la reflexión , 'Heisenberg' nos anima a sacarle algún partido a nuestras incertidumbres. Camus lo llamaría 'el absurdo' en su parábola de Sísifo, la roca y la montaña. Pese a todo, hay que seguir viviendo.

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