Fotocolectania retrata la convulsa noche neoyorquina de los años 30
Una exposición repasa el trabajo del reportero gráfico Arthur Felling, más conocido como Weegee
![Una de las fotografías de Weegee que pueden verse en la exposición](https://s3.abcstatics.com/media/espana/2017/07/05/wee1-U10108366986WtB--1240x698@abc.jpg)
«Empezaba la ronda a media noche. Primero revisaba los teletipos de la policía para ponerse al día de los últimos sucesos y después se metía en el coche. Encendía la radio de la policía y después la del coche». Este testimonio del reportero gráfico Weegee nos da unas pistas de sus hábitos de trabajo. Ahora tenemos la oportunidad de descubrir el universo de Weegee gracias a una gran exposición en Fotocolectania que recoge las fotos y textos de sus cinco primeros libros. Estos ejemplares son joyas editoriales que nos adentran en el trabajo de Arthur Felling (alias Weegee) cuya vida estuvo muy cerca de la mafia y de la policía para obtener instantáneas inéditas.
Este legado llega a Barcelona de la mano de Michel y Michèle Auer, coleccionistas suizos, que han viajado para presentar las obras. «Para nosotros es un placer ver cómo nuestras fotos viajan por el mundo y, en concreto, llegan a Barcelona a la Fundación FotoColectania», coinciden los dos. Sus palabras sobre Weegee inciden en las características tan especiales de este artista: «Era hijo de un rabino pobre pero pronto tuvo claro que él no quería ser pobre y empezó a negociar con todo. Un día vio a un fotógrafo en el parque y pensó que le gustaría retratar a la gente de la calle. Pero pensó más allá y llegó a la conclusión que había muchos fotógrafos que trabajaban de día y ninguno de noche. Entonces decidió trabajar cuando el resto se acostaba.
![«Playa de Coney Island», una de sus imágenes más icónicas](https://s1.abcstatics.com/media/espana/2017/07/05/WEEGEE-kE2D--510x286@abc.jpg)
Weegee ha pasado a la historia por narrar la convulsa noche neoyorquina de los años 30 y 40. «Él tenía una radio que conectaba con la policía y llegaba a los sucesos antes que la policía -explica el matrimonio Auer-. Pero no se conformaba con cualquier imagen, quería la mejor y tenía una técnica muy avanzada para aquella época. Él no robaba la foto; hablaba con la gente y les explicaba la importancia de que colaborasen en su trabajo. Estaba dispuesto a todo por una buena instantánea, incluso a dormir con los indigentes».
Algunas de sus fotos son iconos como la «Playa de Coney Island» (1940) repleta de bañistas. «Los precios de sus fotos oscilan mucho -reflexionan los Auer-. Algunas son carísimas y otras, menos conocidas, apenas tienen valor».