El festival Temporada Alta prepara una edición «de resistencia»

La Setmana del Llibre cambia de ubicación para adecuarse a las normas sanitarias

Imagen promocional de «Bouvetoya (la necessitat d’una illa)», espectáculo inaugural DAVID RUANO

D. Morán

Mientras algunos sectores como el de los cines y las salas de conciertos encaran el verano con grandes dosis de incertidumbre y sin saber muy bien qué será de ellos en los próximos meses, iniciativas culturales como el festival Temporada Alta y la Setmana del Libre en Català preparan la vuelta al cole a partir de septiembre conscientes de que la crisis del Covid condicionará todos y cada uno de sus movimientos.

De ahí que ambos certámenes presentasen ayer sus nuevas ediciones muy pendientes de los tiempos que corren y con parte de la programación colgando de un hilo. Tanto es así que el Temporada Alta, que echará a rodar el 7 de octubre, anunció que la veintena de compañías que forman parte del cartel cobrarán «igualmente» aunque las funciones «se tengan que suspender».

Así lo avanzó ayer el director del festival, Salvador Sunyer, durante la presentación de una edición «de resistencia» que incorpora nuevos formatos digitales como Audioguía para supermercados en tiempos de pandemia, proyecto de Cabo San Roque ideado para seguir a través de dispositivos móviles. Con todo, el grueso de la programación será presencial y prestará especial atención a la autoría catalana.

Así, el Temporada Alta echará a rodar con el estreno en el Teatro Municipal de Gerona y también en internet de Bouvetoya (la necessitat d’una illa), «un homenaje al teatro» a cargo de Julio Manrique a partir de Fahrenheit 451 de Ray Bradbury y La tempestad de Shakespeare, y acogerá piezas de Lluïsa Cunillé y Lourdes Barba ( Els subornats ), Àlex Rigola ( La gaviota de Chejov, y Joan Arqué ( Encara hi ha algú al bosc ), así como de la compañía de danza Mal Pelo ( L’animal a l’esquena ).

El festival, que tiene previsto alargarse hasta el 8 de diciembre, mantendrá también su línea de internacionalización con Historia de un jabalí (o alguna cosa de Ricardo) , interpretada por Joan Carreras bajo dirección del uruguayo Gabriel Calderón.

A la espera de presentar el resto de la programación el 2 de septiembre, Sunyer avanzó que este año el planteamiento del festival es «más flexible, porque las cosas cambian cada día». Tanto es así que no tienen muy claro cuánta gente «podrá acceder a las salas».

Una semana «diferente»

Por su parte, la Setmana del Llibre en Català también se adapta a los nuevos tiempos y, además de reducir su duración a cinco días (del 9 al 13 de septiembre), cambia de ubicación y se traslada al Moll de la Fusta para cumplir con las medidas sanitarias. A cambio, contará con más espacio (un 20 por ciento) y más expositores (de 219 a 224). «Teníamos prevista una semana diferente pero esta será muy buena», dijo el presidente de la comisión organizadora, Joan Carles Girbés, quien destacó que «se trata de una edición excepcional pero más necesaria que nunca».

La Setmana, añadió, se celebrará en una zona perimetrada con un aforo para 800 personas, aunque buena parte de su programación se irá conociendo en función de cómo avance la pandemia. Sí que se intentará, sin embargo, que la parte presencial tenga mucho más peso que la virtual.

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