Falstaff, un filósofo de la calle

Francesc Orella se mete en el pellejo del personaje shakesperiano en el Teatre Akadèmia

Orella da vida a Falstaff ABC

MARÍA GÜELL

Francesc Orella representa a Falstaff y sus circunstancias. «Es un personaje con muchos registros y rincones», destaca Orella que aceptó este rol con un doble sentimiento de desafío y de placer.

Falstaff se cuela en tres obras de Shakespeare: «Ricardo II», «Enrique IV» y «Enrique V» y ha dado origen al famoso «Falstaff» de Verdi o a «Las campanadas a medianoche» de Orson Welles. Ahora el director Konrad Zschiedrich reúne a nueve actores capitaneados por Francesc Orella para recuperar a este filósofo de la calle.

«He hecho un conglomerado con dos líneas argumentales: una es el poder, que está siempre ligado a la muerte, y la otra es la vida de un grupo de gente que está al margen de la sociedad, a pesar de que, sorprendentemente, son nobles», matiza Zschiedrich, que montó por primera vez esta pieza en Palma de Mallorca en el año 2006.

Para Orella es un placer dar vida a este ser vitalista, generoso, provocador y borrachín y está muy contento de actuar en un teatro de pequeñas dimensiones como el Teatro Akademia que en esta ocasión recibe a noventa personas por función. «No hay nada como la proximidad con el público», destaca.

Falstaff es un alto mando del ejército que, sin embargo, se pasa la vida en la taberna, rodeado de delincuentes que anteriormente habían sido nobles. «Shakespeare creó este personaje en un momento en el que la peste asolaba Europa y los nobles, como no tenían campesinos para que trabajaran sus tierras, se dedicaban a robar», explica Zschiedrich.

Falstaff reina en la taberna, un lugar que frecuenta a menudo el príncipe Hal, hijo del rey Enrique IV, que más tarde será coronado como Enrique V. El joven intérprete Jordi Sanosa encarna al joven rey y comparte cartel con actores de larga trayectoria profesional como Teresa Vallicrosa, Mingo Ràfols, Emilià Carilla y Mercè Manguerra.

Mingo Ràfols da vida a Enrique IV, «un rey que llega al poder sin ser heredero, de manera ilegal, y que vive atormentado por ello y por los muchos errores que comete, en la política y con su hijo». Los roles se intercambian y Falstaff hace las veces de padre del joven Hal. «Este segundo padre es un delincuente y una persona sin moral que, sin embargo, resulta muy atractivo y es uno de los personajes más populares de Shakespeare», analiza el director. «Actúa como un niño. Coge todo lo que puede y hace lo que, en el fondo, a todos nos gustaría hacer -subraya Zschiedrich-. Este personaje fue creado por Shakespeare en la misma época que Cervantes creó el Quijote, otro noble decadente que vaga por los márgenes del sistema».

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