Música contemporánea

Escalofríos al calor de Islandia

La obra de Philip Glass, repetitiva y matemática, cobra vida en sus manos para llegar a ser un mantra hipnótico y emocionante

Glass, en una imagen de archivo ABC

Pep Gorgori

La ciencia, que esta misma semana ha logrado hacer germinar semillas de algodón en la cara oculta de la Luna, aún no ha sabido explicar por qué nos dan escalofríos cuando escuchamos una música que nos emociona. El llamado escalofrío musical es algo pasajero, efímero, intenso, imprevisible e impalpable, pero existe . Vaya si existe. Lo pudimos comprobar el pasado martes en el Petit Palau, la sala pequeña del Palau de la Música Catalana, donde actuaba el pianista Víkingur Ólafsson con un programa dedicado íntegramente a Philip Glass. Se iniciaba así el ciclo de conciertos que el Palau dedica esta temporada al octogenario compositor. De paso, Ólafsson se estrenaba en España, país en el que no había actuado hasta la fecha. Las entradas se agotaron de antemano.

Sobre el escenario , este músico de apariencia gélida exhibe un peinado perfecto, un traje propio de persona bastante mayor de los 34 años que él tiene y una posición al piano enervantemente correcta. Pero, aparte de la puesta en escena, en sus interpretaciones no hay espacio para la frialdad sino todo lo contrario. De ahí que nos helara el espinazo en no pocas ocasiones.

La obra de Glass, repetitiva y matemática, cobra vida en sus manos para llegar a ser un mantra hipnótico y emocionante . «Glass crea espacios con su música, nos lleva a otro lugar que solo existe en sus sonidos», explicaba al respetable micrófono en mano entre pieza y pieza, detallando algunos aspectos de la estética musical del compositor norteamericano, en un gesto que el público agradeció.

Una pulsación cuidada le permite jugar con los diferentes planos sonoros en cada repetición, ofreciendo así un catálogo de todas las posibilidades tímbricas de un instrumento como el piano, jugando magistralmente con los pedales para lograr multiplicar o apagar los sonidos armónicos de la manera más adecuada a cada milésima de segundo. Un estudio no previsto inicialmente en el programa y un preludio de Bach transcrito por Silotti acabaron de redondear la actuación. Seguimos sin saber a qué vino tanto escalofrío, pero si alguien quiere estudiar esta cuestión, está claro que tiene una mina en los conciertos de este pianista.

Ciclo Philip Glass

Música: P. Glass, Estudios para piano (selección). Intérprete: V. Ólafsson, piano. Lugar: Petit Palau de la Música, Barcelona. Fecha: 15 de enero.

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