Cinco lugares ideales para visitar en invierno en Cataluña
La amplia región de montaña ofrece una amplia oferta culinaria y cultural, aquí cinco opciones que no hay que perderse
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Reserva Natural de la Fageda d'en Jordà
Es una de las 28 reservas naturales del Parque Natural de la Garrotxa. Sobre los restos del volcán Croscat se alza un bosque de hayas con una altitud máxima de 550 metros, es prácticamente plano. El bosque parece sacado de una película, que depende la hora del día puede ser de terror o de fantasía. Joan Maragall le escribió un poema a su espectacular paisaje, silencio y verdor, «como en ningún otro lugar del mundo», decía el poeta. Para llegar, lo más fácil es acercarse a Olot. Si después se busca un sitio en dónde dormir o comer, nada como Les Cols Pavellons, con habitaciones acristaladas, que permiten dormir a la mitad del bosque, y la cocina de Fina Puigdevall, una oda al producto de montaña.
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Cal'Enric
Hablando de cocina de montaña, este es un restaurante especializado en cocina de caza que no debe dejarse de visitar en invierno. Está ubicado en el Vall de Bianya, también en la Garrotxa, en Girona. Su menú de becada, en temporada invernal, es espectacular y casi motivo del viaje en sí mismo. Aquí sirven cocina tradicional puesta al día que les ha valido una estrella Michelin. Hay una mesa dentro de la cocina en donde se puede vivir la experiencia en primera fila, para ver el trabajo de los tres hermanos, Joan, Isabel y Jordi Juncà, a cargo del restaurante en acción. Durante diciembre y enero ofrecen un menú de trufa. Incorporan elementos de la naturaleza en la presentación de los platos y en los estímulos que produce en el paladar: musgo, piedras, hojas.
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Monasterio de Sant Miquel del Fai
En la provincia de Barcelona, en la comarca del Vallès Oriental, en la localidad de Riells, se encuentra este monasterio benedictino digno de visitar. Se ignora cuándo fue fundado pero se tiene registro de que en 1006 ya había instalada una comunidad de frailes, fundado por Gombau de Besora y que más adelante fue acondicionado por los condes de Barcelona. Desde 1936 ya no hay actividades religiosas en el recinto. El monasterio se encuentra enclavado en la montaña y utiliza la piedra de la misma como techo y pared. Fue construido en diversas etapas, así que es posible distinguir diversas influencias arquitectónicas en él. Es bien de interés cultural y patrimonio histórico de España desde 1988.
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Ca l'Ignasi
Setas, trufa, patatas, pollo, cordero, son algunos de los ingredientes protagonistas de la mesa de Ignasi (y del territorio que le rodea). Vale la pena no perderse la temporada de setas, que es cuando su cocina alcanza su máxima expresión. El restaurante está ubicado en Cantonigròs, a medio camino entre Olot y Vic. Es aquí en donde Ignasi Camps prepara platos de la región desde 1998, desde 2007 en la actual ubicación, en la plaza del pequeño pueblo de montaña. En la sala, la psicología y el bien hacer de Laia son el ingrediente secreto para que todo marche de maravilla. Dicen que los camareros tienen mucho de psicólogos, Laia lo es de profesión, así que no se puede estar en mejores manos.
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Santuario de Queralt
En la cima de la sierra de Queralt, en la ladera oriental del Castell Berguedà, a unos 1200 metros de altura se encuentra este santuario que se puede visitar durante todo el año pero que adquiere un color especial durante los meses de invierno, por la nieve en las montañas que rodean el valle. La sierra está localizada al noroeste de Berga, en la provincia de Barcelona. La vista desde el santuario del valle es espectacular. Se puede pasear y acceder a pie o en funicular. Para hospedarse y comer, muy cerca se ubica el restaurante y casa rural de Els Casals, en donde la familia Rovira ofrece delicias de la región y sus platos invernales no tienen igual, también con una estrella Michelin
