Cinco discotecas al aire libre en Cataluña
Con la llegada del verano, las terrazas al aire libre en las que poder bailar y tomar algo se convierten en un clásico apetecible para todos
1
La Terrrazza
Un clásico de Barcelona (abrió hace 20 años) para escuchar música hasta el amanecer sin molestar a los vecinos, gracias a que está ubicada en el Poble Espanyol. Aquí se realizan importantes fiestas de música electrónica que atraen a barceloneses pero también a turistas que no se las quieren perder. Aquí se presentan Djs internacionales y nacionales que están dando de qué hablar. Para llegar hasta aquí hay que caminar ocho minutos desde la Plaça Espanya a través del parque de Montjuïc y sus escaleras eléctricas. La entrada con una copa antes de las 2.30 cuesta 15 euros, después, 19.
2
Mac Arena Mar
La versión veraniega de una de las discotecas más importantes de música electrónica en Europa, la Macarena (en el Gótico). Se trata de un chiringuito en la playa del Port Fórum, al que para acceder se necesita estar en la lista o consumir cierta cantidad de dinero (sirven también comida). Sin embargo, al ser un chiringuito y estar en la playa, la música, los baños y la fiesta, son de todos. Quien prefiere llevar su propia bebida, puede disfrutar desde la playa, en donde no faltan los vendedores ambulantes para satisfacer cualquier imprevisto. No hace falta consumir ni pagar para entrar, cada quien puede llevar su bebida, su comida e incluso su bañador, pues las fiestas comienzan desde medio día. Hay un local contiguo que alquila sus sanitarios y en donde también se puede comprar bebida y bocadillos a precios más accesibles que los del chiringuito. Para acceder se puede ir en metro, aunque hay que caminar alrededor de 20 minutos o en taxi. La salida es más difícil, pues dependiendo la hora, los taxis escasean.
3
CDLC
En el paseo Marítimo de Barcelona se puede encontrar desde la decadencia, hasta la opulencia, pasando por el mal gusto, al grado de que solo los turistas (o los antropólogos) encuentran espacios atractivos aquí para dejarse ir como hilo de media aprovechando el anonimato de estar lejos de casa. Sin embargo, el CDLC (Carpe Diem Loung Club) es uno de los pocos que aún sobrevive y permanece dentro del gusto de los barceloneses. Aquí, a diferencia de sus contrapartes, el espacio no es enorme, pero está decorado con buen gusto (con tintes orientales), tiene un restaurante en donde no se come mal y la música que aquí se escucha es variada y comercial, desde electrónica, pasando por los clásicos y los éxitos del momento. Para disfrutar con los amigos, cuando los gustos son muy diversos (una cena del trabajo, por ejemplo es perfecta).
4
El jardí de Can Marc
Este local fue una discoteca mega conocida hace varios años, sin embargo, un día cerró. El año pasado, reabrió sus puertas, como un sitio para tomar unas copas antes o después de cenar, para picar algo de su deliciosa gastronomía o probar alguno de sus cócteles de autor. Digamos que es la versión 2.0 de aquel mítico antro, en donde los que otrora se divertían ahí hasta las madrugadas, pueden ir aquí a tomarse algo, mientras disfrutan de las hermosas vistas de Begur, que desde este hermoso jardín/terraza se pueden ver. El interior de la antigua discoteca se conserva, así que más de uno tendrá algún “flashback” interesante. Digamos que la gente evoluciona, así también los locales para divertirse.
5
Carpa Costa Este
Una mítica discoteca de la Costa Brava para salir a menear el cuerpo en el verano. Todos han pasado y pasan por aquí. Se ubica en la carretera entre Palafrugell y Calella de Palafrugell, en un espacio grande y distendido, que permite escuchar diferentes estilos de música al mismo tiempo. Recuerda las magnas discotecas al aire libre italianas. Electrónica, comercial y alguna que otra bachata se pueden escuchar tranquilamente dentro del espacio. Muchos asistentes, para evitar los precios exorbitantes de las bebidas, hacen botellón en el parking, antes, durante y después de algunos bailes. Las edades son tan variadas como sus asistentes, desde los adolescentes que acaban de obtener su licencia de conducir, hasta los adultos “peterpanezcos” que se niegan a abandonar el sitio que les vio crecer. Sus creadores, el grupo del mismo nombre, son experimentados “discotequeros” en España, algunas de sus andanzas incluyen la exclusiva terraza del Nuba, en Barcelona, el Opium Mar, así como el Pacha, estos dos últimos a los pies del hotel Arts.
