Alondra de la Parra, la artista que susurraba a las orquestas
La mexicana se estrenó en Barcelona al frente de la OBC con dos piezas exigentes con las que mostró tanto su sensibilidad como su energía
La directora mexicana, nacida en Nueva York y actualmente afincada en Berlín Alondra de la Parra no podría haber tenido una mejor primera aparición ante el público de Barcelona . Su primer concierto incluyó dos grandes monumentos del repertorio orquestal, tan contrastadas como decisivas en el curso de la música del siglo XX: el etéreo 'Preludio a la siesta de un fauno' de Debussy y la ferocísima 'Consagración de la Primavera' de Stravinski. Dos piezas exigentes con las que mostró tanto su sensibilidad como su energía, siempre con la precisión y la elegancia del gesto por bandera.
La batuta elogió a la OBC y en especial a sus solistas en los días previos al concierto, y con razón. Sabemos que tenemos una orquesta que responde de manera excelente a directores excelentes, de manera que para el público local no es ninguna novedad. Solamente hace falta asegurarse de poner el instrumento en buenas manos. Por lo que respecta a los solistas, De la Parra destacó especialmente el trabajo de Francisco López, primer flautista de la orquesta, que disfrutó e hizo disfrutar con el 'Preludio' de Debussy, al lado de sus compañeros, sabiamente guiados por la directora.
'La Consagración de la primavera' estuvo llena de contrastes entre lo sublime y lo brutal. Una narrativa perfectamente llevada de clímax en clímax, en la que fueron tan sobrecogedores los apoteósicos 'tutti' como los pasajes más tranquilos, donde -al igual que con Debussy- extrajo un sonido bellísimo y sutil a la OBC.
La velada se completó con el Concierto para piano de Schumann, interpretado por un joven y multipremiado talento internacional, Eric Lu. Su presencia también había generado expectación, si bien el resultado final quedó lejos de lo esperado. Quizás por falta de ensayos, los desajustes con la orquesta fueron demasiado frecuentes, a pesar de que el solista tocaba con partitura -algo que no sería problema si la interpretación hubiese sido impoluta, que no lo fue. Eso sí, a De la Parra le sirvió para demostrar su temple y su capacidad de escuchar al solista para paliar los daños.
Le pediríamos a la maestra que vuelva pronto, si no fuera porque ella misma no quiere ser considerada ni «directora» ni «maestra», que son términos que encorsetan. Dice que es una artista que sabe dirigir orquestas, de modo que respetaremos su voluntad y, visto lo sutil que puede llegar a ser su sonido, nos tomaremos la libertad de decir que más que dirigirlas, les susurra. Así pues, artista que susurra a las orquestas, vuelva usted pronto. A poder ser, con obras de Boulanger como la que estaba inicialmente prevista en el programa, 'D'un soir triste', que cayó por el camino para dejar paso al Fauno.
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