Vecinos en pie de guerra por el tranvía de Colau

La plataforma ciudadana Salvem la Diagonal se reactiva contra la futura unión de las dos líneas de la ciudad

El Ayuntamiento quiere unir los dos tramos por la Diagonal INÉS BAUCELLS

Anna Cabeza

Al final no han sido los cien días que prometió Ada Colau en 2015, en su primera campaña para conquistar la alcaldía de Barcelona, sinó durante el quinto año de su estancia al frente del Ayuntamiento, cuando el gobierno local ha concretado una fecha del arranque de las actuaciones para la conexión de Trambesòs y Trambaix por la avenida Diagonal. Los trabajos definitivos, previstos a partir de finales de 2021, aventuran que, tras más de una década de controvertidos debates al respecto, la conexión, al fin, es cada vez más real.

La revitalización del proyecto, al que todavía le falta la partida presupuestaria necesaria por parte de la Generalitat, ha despertado la expectativa entre sus defensores pero también una gran incertidumbre entre quienes cuestionan la idoneidad del proyecto. Es el caso de la plataforma Salvem la Diagonal , que se ha reactivado para defender los valores urbanísticos, artísticos y culturales de la capital catalana y la que es una de sus avenidas más importantes frente a lo que ven que será su «destrucción».

«Un paso atrás»

«El tranvía está sobrevalorado. Cuesta de entender que se quieran gastar tantos millones en él pudiendo impulsar el bus eléctrico», defiende en declaraciones a ABC Joan Verdura , uno de los portavoces de la plataforma, que denuncia que solo con el coste de los estudios previos a la conexión ya se podrían haber comprado una decena de estos vehículos eléctricos. También les choca que con el proyecto previsto habrá menos estaciones que ahora con los buses.«No le vemos las ventajas que se le atribuyen. Barcelona dará un paso atrás», asegura este ciudadano.

Entre los argumentos de Salvem la Diagonal también destaca el daño urbanístico a la calle: el representante de la agrupación recuerda que es una de las grandes vías de la ciudad, junto a la Meridiana y la Gran Via, y prevé su colapso con las obras y posterior pérdida de carriles, lo que intensificará el «caos circulatorio».

Los promotores de la entidad, a la que se han adherido ya unas 300 personas y asociaciones culturales y sociales de la ciudad, han empezado una campaña para intentar remover la conciencia de políticos catalanes locales y autonómicos pero también vecinos. En ella avisan de que la nueva realidad que dejará la infraestructura puede llegar a «destruir la Diagonal y el Eixample y degollar el paseo de Gracia» y acabar «por siempre más con la elegancia y la belleza urbana de uno de los iconos más preciados de la ciudad».

En una línea similar, recuerdan que en 2009 una consulta ciudadana, impulsada por el entonces alcalde socialista Jordi Hereu , acabó con un rechazo rotundo del proyecto, al que apenas apoyaron un 10 por ciento de los votantes. Por ello, avanza Verdura, Salvem la Diagonal se plantea, incluso convocar una manifestación de rechazo para protestar por lo que consideran «un crimen urbanístico del que no habrá marcha atrás».

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