Valencia y el País Vasco, interesados en copiar los polémicos «pisos contenedor» de Colau

Las polémicas viviendas tienen una o dos habitaciones y entre 30 y 60 metros cuadrados

El primer bloque de pisos-contenedor se ubica en la calle Nou de Sant Francesc 8-10, al lado de La Rambla PEP DALMAU

Anna Cabeza

Barcelona, con la alcaldesa Ada Colau que se alzó como una luchadora contra las injusticias en materia de vivienda y a la que se le reprochó durante su primer mandato la inacción al respecto, ha abierto ahora la caja de pandora en cuanto a soluciones habitables con la conversión de antiguos contenedores usados en el transporte de barcos en pequeños habitáculos para dar respuesta a las situaciones de emergencia habitacional.

El proyecto ya tiene un bloque de doce pisos en cuatro plantas ubicado en el barrio Gótico y está listo para acoger a sus primeros inquilinos, que podrán estar allí un máximo de cinco años. Bautizado con el nombre de Aprop (Alojamientos de PROximidad Provisionales), ha despertado la curiosidad de varias administraciones. Fuentes municipales confirman a ABC que, una vez acabados los trabajos de montaje y la adecuación de las zonas comunitarias, los encargados del proyecto han realizado varias visitas informativas.

En concreto, se han interesado por la iniciativa miembros de la Generalitat valenciana -que se desplazaron a la capital catalana para conocer de primera mano su construcción y a quienes se ha facilitado información detallada al respecto- y también del Gobierno Vasco, así como municipios catalanes como Castelldefels, Viladecans o Sant Boi de Llobregat o incluso el gobierno de Singapur.

Además, desde el gobierno municipal se ha presentado por deseo propio la iniciativa a la mayoría de municipios del Área Metropolitana de Barcelona y del Consorcio del Besós. Además, el gobierno catalán también se ha mostrado abierto a implantar programas similares para incrementar el parque público de alojamientos sociales.

Facilidades de la Generalitat

De hecho, la Generalitat presentó hace justo una semana un decreto ley de medidas urgentes para mejorar el acceso a la vivienda, del que sobresale el hecho de que los grandes tenedores de viviendas -como bancos y fondos de inversión o de capital riesgo- serán obligados a ofrecer un alquiler social a personas o familias que lleven más de seis meses ocupando una vivienda sin contrato y que estén en situación de vulnerabilidad acreditada antes de iniciar una demanda judicial.

Entre otras medidas, el decreto ley también incluye facilidades para construir alojamientos temporales, sin cédula de habitabilidad, en suelo destinado a equipamientos comunitarios para atender a situaciones de emergencia. Unas condiciones técnicas que permitirían la expansión de pisos-contenedor en todo el territorio catalán.

La innovadora idea de Barcelona, en realidad, es una fórmula que ya se ha erigido con éxito en grandes capitales como Amsterdam, Copenhague, Pekin, Vancouver o Phoenix . Entre sus ventajas, destaca el rápido proceso de creación de estos pisos: en el caso de la capital catalana se ha alargado un año y medio, plazo destinado sobre todo a la adecuación de los antiguos contenedores para convertirlos en habitáculos sin dejar rastro de su anterior vida. La instalación de los módulos en un solar que estaba vacío se ha completado en menos de cuatro meses.

El consistorio barcelonés remarca, además, que al tratarse de edificios modulares y reaprovechables los APROP pueden llegar a reducir en un 58% los residuos y también se utiliza mucha menos agua y material de construcción que en otra obra convencional, con lo que los costes se abaratan -la construcción del primer edificio ha costado 940.000 euros-. También se pueden adecuar para ser totalmente «eco»: los primeros APROP han conseguido una certificación AA y pueden llegar a tener un consumo de energía entre cuatro y seis veces menor otro piso corriente, aseguran.

Para Colau, el proyecto ha supuesto un éxito y es «motivo de orgullo». La propia alcaldesa, sin embargo, había sido especialmente crítica meses antes con las condiciones de habitabilidad que ofrecen «pisos-colmena», un proyecto similar de microhabitáculos -mucho más pequeños- impulsado por la promotora Haibu y que en Barcelona ha sido altamente perseguido. En otros puntos de España, por el contrario, están proliferando gracias a la aceptación de algunos ayuntamientos y a la alegalidad en otros municipios.

Así son

El primer Aprop tiene cuatro pisos de dos habitaciones (60 metros cuadrados de superficie) y otros ocho de una sola estancia (y 30 metros cuadrados). Como pudo comprobar ABC in situ, todos ellos son aparentemente normales, con un estilo muy funcional y que parecen cálidos, silenciosos y bien aislados. La fachada, que tiene una cubierta vegetal que ahora empezará a crecer, tampoco muestra rastro alguno de los contenedores. Tras esta construcción, el Ayuntamiento ya prepara un segundo edificio en el barrio del Poblenou y que tendrá 42 alojamientos temporales.

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