Patinetes, vehículos «non gratos»

Barcelona deja en un limbo legal los «segways» y los patinetes eléctricos

Un turista montado en un Segway, esta semana en el Paseo Colón de Barcelona PEP DALMAU

MIGUEL RUIZ DE ARCAUTE

La norma se anunció hace ya dos semanas, pero en el Paseo Marítimo de Barcelona, uno de los escenarios más comunes de tránsito de bicicletas y vehículos eléctricos de movilidad personal (VMP), no parece notarse todavía. La prohibición de circulación de los «segways» y patinetes eléctricos en el frente marítimo debido a la saturación del espacio y a los accidentes que ocasionalmente producen, ha sido recibida en general con satisfacción por vecinos y paseantes. Por su parte, las empresas dedicadas a su alquiler, que admiten que algún tipo de regulación es «razonable» dada la acumulación de vehículos, denuncian el perjuicio económico que ello les puede suponer.

Esta semana unos pocos viandantes conocían la noticia, y se sorprendían al tener constancia de ella porque apenas percibían el cambio -la Guardia Urbana se encarga por ahora de informar pero no multa a los usuarios, por lo que siguen viéndose vehículos por la zona-. Los negocios dedicados al alquiler ven peligrar su continuidad si la norma, por el momento temporal, se vuelve definitiva.

Ampliación del veto

Sin embargo, el mayor varapalo lo han sufrido tras conocer por sorpresa mediante un tríptico repartido por las tiendas que la prohibición se amplía: incluyendo también los patinetes eléctricos -tipo mini «scooter»- por no estar homologados. Una modificación de la regulación con la que en ningún caso contaban y que ha causado gran enfado entre las empresas al considerar que, a la práctica, pagan justos por pecadores.

El boyante negocio de los vehículos eléctricos, que no ha dejado de ir al alza desde que hace cerca de siete años se importara a la capital catalana, ha atraído también a un buen número de empresas «pirata» cuyos vehículos no cumplen la normativa establecida. Así lo explica Svetlana Molokhova, presidenta de la Asociación de Transporte Turístico Ecológico de Barcelona, que incide en que «el principal problema es el uso de vehículos que doblan la velocidad límite por parte de empresarios sin licencia para operar. Sin embargo, añade, la prohibición no ha sido aprobada de manera definitiva, y lo único que ha habido por el momento son órdenes verbales y mapas que señalan las rutas permitidas.

Multas de hasta 500 euros

Lo mismo asegura Kevin Velásquez, empleado de la una de las dos tiendas de la empresa Mondorent. «Son muchas las compañías que no dan instrucciones a los clientes, por lo que los hay que se pasean por la Rambla y otras zonas en las que está prohibido circular con VMP. Y es ahí donde empiezan los problemas», explica. La regulación anterior, en febrero, ya limitaba el uso de este tipo de transporte, estableciando las zonas en las que está permitido su tránsito. Fuera de ellas, su uso puede acarrear multas de hasta 500 euros.

En el caso de la última normativa, relativa a la Barceloneta, las sanciones son de 90 euros, y, aunque fuentes del Ayuntamiento informan de que todavía se está en proceso de comunicar a los usuarios la nueva norma, Molokhova asegura que ya ha habido casos de multas e incluso confiscación del vehículo.

A pesar de que las medidas son temporales, las empresas del sector, que desde hace varias semanas negocian con el Ayuntamiento para elaborar una nueva ordenación, no dudan de que si la prohibición de los patinetes eléctricos se materializa de manera definitiva se verán abocadas al cierre. En este sentido, el sector ve más apropiado que el Consistorio en lugar de « matar moscas a cañonazos» al cortar por lo sano haga cumplir el reglamento actual.

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