Eva Parera: «No diremos que no a nadie que coincida con nuestro programa para Barcelona»

La presidenta de Valents y candidata a la alcaldía del Ayuntamiento de Barcelona reprocha a PP y Cs que «hagan la guerra por su cuenta» para marcar perfil propio

Eva Parera, líder de Valents, durante la entrevista para ABC ADRIÁN QUIROGA

Anna Cabeza

Eva Parera llegará con paso firme a las próximas elecciones en Barcelona. Empezó el actual mandato como número cuatro de un proyecto que hizo aguas y ahora lidera Valents, que aspira a estar en todos los ayuntamientos catalanes y al que las encuestas ya sitúan con escaños en el Parlament. Parera habla con ABC del futuro de Barcelona y también del de Cataluña y deja claro que, pase lo que pase en su grupo, entre 2023 y 2027 estará en el Ayuntamiento porque quiere «ser la alcaldesa» y le motiva «mucho».

¿Está pasando un mal momento Barcelona?

Para mí, hablar del ‘tripartito de la miseria’ define muy bien el gobierno de Colau, ERC y PSC: ha llevado a la ciudad a la decadencia absoluta en términos de seguridad, okupaciones ilegales, suciedad, pérdida de inversiones… Barcelona no está al nivel que puede llegar a estar.

Se prevé otro verano cargado de inseguridad y problemas de limpieza...

Es que ya no es una cuestión de verano. La inseguridad es algo endémico y poco se hace. Con la suciedad, más de lo mismo: hemos necesitado una nueva contrata de limpieza, carísima, que no está dando resultados. Queremos turismo de calidad pero no lo podemos tener sin una ciudad de calidad.

¿La Copa América o unos Juegos de Invierno podrían ayudar a una nueva etapa, como la de hace 30 años con los Juegos Olímpicos?

Yo no soy optimista porque para el espíritu de 1992 se necesitan tres condiciones que no se dan. No hay entendimiento entre formaciones, porque todos están por sus bloques y gobernando para los suyos. No existe entendimiento con el sector privado, porque los comunes están demasiado en contra de esto. Y tampoco hay entendimiento de las administraciones catalanas con las del Estado y no se cuenta con el apoyo del Rey, el Gobierno o el Congreso.

Pero en el consistorio a menudo se intuyen intercambios de favores...

Sí, desde el primer momento Colau quiso una alianza estable con ERC y el PSC no ha sido capaz de entender que habría podido tener una mayoría alternativa. Y al resto de la oposición, con cariño, ni está ni se la espera: Junts está en descomposición absoluta, Cs no está y el PP no sabe si está. Frente a esto, Valents, con tres concejales, intentamos decantar el voto cuando hay una política buena sobre la mesa.

Colau y PSC vuelven a la tensión estos días. ¿Cree que pueden romper antes de las próximas elecciones?

Es puro postureo electoral, pero aguantarán. ¿Qué sentido tiene romper ahora cuando en tres años ha sido un gobierno súper estable que no ha abierto la puerta a nadie más?

Ustedes han votado sus presupuestos e iban de la mano de Manuel Valls, que facilitó la investidura de Colau. ¿Les puede jugar en contra?

Es muy difícil saber qué piensa el votante pero no nos tenemos que mover por lo que piensa. Intentamos ser claros y hablar de nuestro modelo de ciudad, no de si independencia sí o no, ni de izquierda o derecha. Nos podemos equivocar con una política y pagaremos el coste por ello, pero si decimos que haremos algo, lo haremos.

Pero en mayo de 2023 se votará pensando en la situación política catalana o la continuidad de Colau...

Pues no nos tenemos que rendir ante esto porque podemos acabar con un golpe de Estado por dejadez. Si crees que la política en marcha no es la adecuada tienes que combatirla, pero de forma propositiva, no señalando. El problema es que en el pleno hay mucha crítica, poca propuesta y nula capacidad de entendimiento.

¿Es posible una coalición constitucionalista en Barcelona?

Siempre hemos hecho una apelación a que el constitucionalismo vaya unido, pero no depende de nosotros. En la práctica, Cs está pilotando un avión a punto de estrellarse: incluso no apoya propuestas nuestras que ellos tenían en su programa electoral. Y el PP está viviendo episodios esperpénticos por peleas internas o la plurinacionalidad. Al final, cada uno hace la guerra por su cuenta y yo no estoy por sus guerras. Por eso hago una apelación al votante, no a los partidos.

¿Están dispuestos a ponerse al lado de Vox o de Colau?

No diremos que no a nadie que coincida con nuestro programa para Barcelona y, por cierto, no hemos ido a por la gente de otros partidos: simplemente hemos dicho 'así somos, aquí estamos y queremos entrar en los ayuntamientos de Cataluña'. Eso ha ilusionado a la gente y nosotros no hemos revisado su carnet de militancia.

¿Cuántos militantes tienen?

Somos más de 700, con más de 20 cargos públicos de una cincuentena de municipios. Esto quiere decir que la marca está calando y que a la gente le gusta el proyecto. Prueba de ello es que llevamos cuatro meses en marcha y las encuestas ya nos dan tres diputados en el Parlament...

¿Qué opinión tiene sobre la polémica del catalán en las aulas?

Nosotros vamos mucho más allá porque creemos en la escuela trilingüe. Es una vergüenza que las familias que batallan por un 25 por ciento de español tengan que ir a un tribunal a reclamar algo tan obvio. Tenemos que intentar que el sistema educativo sea potente para dar oportunidades a nuestros hijos. El talento está marchándose y tenemos que aspirar a que venga. ¿Queremos una universidad para el talento o para los catalanoparlantes? Según la respuesta que elijas, tienes un problema grave.

¿Estamos en la vía de la negociación o seguimos en el 1-O?

En Cataluña no se ha apaciguado nada. No estamos en un golpe de Estado pero estamos en vías de volver a hacerlo. Y la mesa de diálogo hasta ahora solo ha servido para dar estabilidad a Pedro Sánchez y para que el PSC se acabe sentando a pactar sobre la lengua, pero a los catalanes no independentistas no nos sirve de nada.

¿Ha servido para desgastar a la unidad independentista?

Es que esta unidad no ha existido nunca. ERC, Junts y la CUP se han matado entre sí, aunque hay que reconocer la capacidad que han tenido de haberse unido cuando tocaba, ante las urnas. Esto es lo que nosotros pedimos al constitucionalismo: que después defiendan sus siglas pero que, por favor, ante unas elecciones trabajemos por un mismo objetivo.

Quizás no en Barcelona, pero ¿es posible un frente autonómico que plante cara al independentismo?

La gente lo tuvo muy claro en 2017, cuando salió en masa a votar a Cs, pero sus votos se lanzaron a la papelera y esto genera una decepción que todavía se arrastra. Nosotros esperamos devolver esa ilusión a la gente que creyó que se puede combatir al nacionalismo y ganarlo en las urnas. No tiraremos los votos ni nos iremos a La Moncloa porque queremos gobernar la Generalitat por Cataluña, por los catalanes y por el conjunto de España.

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