Molinos de viento en lo más alto de Barcelona, la última apuesta 'eco' de Colau

La alcaldesa, desde Glasgow y por «corresponsabilidad», se abre a instalar dos aerogeneradores en la sierra de Collserola

Vista del Tibidabo desde la Torre de Collserola INÉS BAUCELLS

Jordi Martínez

Corría el verano del 92 y con motivo de los Juegos Olímpicos de Barcelona el arquitecto Norman Foster elevaba a 400 metros del suelo un fuste de hormigón armado sobre una ciudad que apenas aprendía a mirar a las alturas. Hasta entonces, solo un templo había acariciado el techo de esta urbe, y con la Torre de Collserola, cambiaría para siempre el horizonte condal.

Ahora, el 'skyline' de la ciudad puede volver a cambiar. La alcaldesa Ada Colau se posicionó hoy a favor de la iniciativa que pretende instalar molinos de viento en la sierra de Collserola. En concreto serían dos generadores que pasarían a formar parte inevitable de la Barcelona de todos. La alcaldesa defendió su emplazamiento en plena capital por «corresponsabilidad» con los territorios más despoblados , que suelen acoger este tipo de proyectos.

Con la apuesta por una ciudad verde y sostenible, donde la utopía de un Ensanche peatonal se avecina cada vez más inmediata, la alcaldesa parece haberse desvinculado al cien por cien de los envites del 'procés'. Este miércoles, desde Glasgow , donde se está celebrando la Cumbre por el Clima y en el entorno idóneo para que florezcan las ideas verdes, Colau ha declarado en TV3 que no conoce todavía los detalles técnicos de la propuesta, pero ha abrazado cualquier tipo de compromiso en esta línea.

La iniciativa está siendo promovida por la asociación 'Vivir del Aire' , que cuenta en sus archivos con un largo listado de este tipo de propuestas. En el caso de Barcelona, pretenden colocar ambos aerogeneradores en lo alto del parque natural de Collserola, y aumentar así el porcentaje de energía verde que se produce en la capital catalana. No tanto por su capacidad de generar energía, como por su carácter simbólico, la iniciativa pretende que Barcelona abandere la energía eólica.

Según los cálculos de la asociación, la energía que producirían ambos aerogeneradores generaría la electricidad suficiente para abastecer 8.000 hogares , el equivalente a instalar paneles fotovoltaicos sobre un centenar de islas del Ensanche. Con ellas, se evitaría la emisión de hasta 7.000 toneladas de CO2 al año, y se contribuiría así a a la purificación del aire turbio que, en ocasiones, ennegrece la ciudad. Además, el proyecto busca concienciar de la necesidad de un cambio del modelo energético y pretende alcanzar los 12 millones de euros de financiación a través de miles de pequeños inversores.

Desde el PSC, socios de gobierno de Colau, ven con buenos ojos la iniciativa. « Barcelona está comprometida con el cambio de modelo energético y propuestas como ésta están alineadas con las políticas que está llevando a cabo el Ayuntamiento», ha explicado a ABC el teniendo de alcaldía Jaume Collboni, jefe de filas de los socialistas en el Consistorio. Asimismo, el edil ha apostado por «acompañar y acelerar» la transición energética en la ciudad de la mano del sector privado con iniciativas como instalar placas fotovoltaicas con una inversión municipal de cincuenta millones de euros.

Dudas de la oposición

La propuesta que Colau lanzó al aire generó reacciones encontradas en la oposición. Max Zañartu , concejal de ERC, explica a ABC que los republicanos están a favor de la medida. «Nosotros conocemos algunos detalles de la propuesta, porque nos hemos reunido con sus promotores un par de veces y creemos que es necesario un proyecto de estas características y hay que acomodarlo, pues puede que el lugar que se propone no acabe siendo el definitivo. Barcelona debe contribuir a la generación de energía verde como el resto del territorio y eso implica que deberemos aceptar cambios en el paisaje, pero es clave tener un gran proyecto renovable con participación ciudadana en la ciudad», ha apuntado el concejal. No en vano, la zona donde se quiere instalar los molinos está actualmente protegida.

En contra de la medida se posicionaron ya el PP y Barcelona pel Canvi. «Sorprende que la alcaldesa por un lado se aferre a salvaguardar el ecosistema de El Prat, para evitar la ampliación del aeropuerto, y que pretenda sin embargo, alterar de esta manera la fauna de Collserola», apuntó a ABC Josep Bou, líder del PP en el Ayuntamiento de Barcelona. Por su parte, la cabeza de lista de Barcelona pel Canvi, Eva Parera, consideró que éste es un ejemplo más de una propuesta lanzada para conseguir el «aplauso fácil» y tildó la iniciativa de «postureo».

Por parte de Junts, reclamaron a la alcaldesa un compromiso «verdadero» con las políticas de generación de energía. «Después de seis años de gobierno de Colau y socialistas, sólo el 1% de la energía consumida en Barcelona se procede de energía renovable producida dentro de la ciudad. Muchas fotos y titulares, pero ningún resultado tangible. Nunca alcanzaremos los objetivos de 2030 con las políticas del actual gobierno municipal», resaltó Elsa Artadi. No obstante, los posconvergentes resaltaron que respaldan la iniciativa de los molinos.

Esta polémica llega en el momento en el que el mundo entero tiene la mirada puesta en la Cumbre Climática de Glasgow, y con los precios de la luz rompiendo marcas históricas . A pesar de este panorama gris y de que los aerogeneradores puedan ser una solución a largo plazo del problema energético actual, una parte de la sociedad, y especialmente la de las zonas más afectadas por estos proyectos, considera que estas instalaciones eléctricas «agreden al territorio» y suponen una «aberración estética».

De hecho, las provincias despobladas terminan siempre acogiendo las insfraestructiras que las más habitadas rechazan. En Cataluña, más del 70% de los parque eólicos se los reparten entre Lérida y Tarragona , mientras que en Barcelona y Gerona (una por ser la más poblada y la otra por el valor patrimonial de su entorno) apenas se han alzado este tipo de instalaciones. Frente al golfo de Roses, por ejemplo, el proyecto bautizado como Tramuntana pretende instalar 35 aerogeneradores flotantes, lo que se calcula que produciría hasta el 90% de la demanda energética de la provincia; sin embargo, desde que se puso sobre la mesa el proyecto no ha visto más que palos en las ruedas.

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