ERC, un mandato en la sombra

El grupo municipal de Maragall presenta su «gobierno de impulso» con el que espera conseguir «mayorías alternativas»

El presidente del grupo municipal de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona, Ernest Maragall (c), junto a los concejales de su partido Efe

Anna Cabeza

Golpe de timón del grupo de ERC en Barcelona. La formación liderada por Ernest Maragall, que ganó las elecciones el pasado 26-M y que quedó fuera del gobierno tras la preferencia de Ada Colau por pactar con el PSC antes que con los independentistas para mantener la alcaldía, arranca el curso político marcando perfil, ante la poca presencia del nuevo gobierno municipal. Los republicanos desvelaron ayer su «gobierno de impulso», con sus diez concejales perfectamente estructurados y organizados en diferentes áreas temáticas con el que pretenden actuar como un gobierno en la sombra.

«Queremos marcar la pauta, no solo cumplir con el rol de oposición de presentar medidas en las comisiones y plenos», destacó ayer Maragall en la presentación de su «equipo de gobierno», que cuenta incluso con logo e imagen de campaña. ERC pretende ir con ello más allá de la típica fiscalización del gobierno municipal y promete buscar «mayorías alternativas» que permitan «condicionar positivamente» la acción municipal.

La aritmética en el Ayuntamiento será un escollo para la gobernabilidad en la capital catalana. El bipartito de BComú y PSC -20 de los 41 ediles del Consistorio- no tiene la mayoría y ERC se ve capaz de conseguirla con sus futuras propuestas, aunque la elección de los apoyos y el equilibro entre tan diferentes fuerzas no se prevé fácil.

Su socio preferente, lo ratificó ayer Maragall, será Junts per Catalunya (JpC), aunque «siempre contando con nuestra visión progresista y transformadora», puntualizó, obviando las claras tensiones que ambos grupos mantienen en el otro lado de la plaza San Jaime. En el Ayuntamiento, las dos formaciones sumarían 15 concejales, con lo que seguirían faltando apoyos para la prometida mayoría alternativa. En este mismo escenario los republicanos ven factible poder arrastrar a los comunes a algunas de sus propuestas y causas, algo que además podría verse como un intento de desestabilizar la unidad del gobierno municipal.

A nadie se le escapa que la sentencia judicial sobre el 1-O será la primera prueba de fuego del gobierno municipal, y también del «gobierno de impulso». El líder republicano exigió que la ciudad de Barcelona «debe ser actor principal» de la respuesta que se dé a «una sentencia que será injusta».

El grupo municipal de ERC tiene claro que debe jugar un papel importante en este sentido. Ernest Maragall insistió en que habrá que posicionarse claramente y mojarse «no solo desde la retórica» -quizás incluso antes de que se conozca el fallo- y se mostró confiado en que entonces se verá el 80 % de catalanes que, en su opinión, quieren el referéndum. Las primeras jugadas en esta línea se verán posiblemente la semana que viene en las primeras comisiones municipales.

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