El 'lifting' para La Rambla, inminente
La avenida más mítica de Barcelona prevé afrontar en 2022 el inicio de una transformación integral reclamada durante años que pretende conseguir atraer de nuevo a los locales
Que La Rambla languidecía no es ningún secreto. La emblemática avenida del corazón de Barcelona hace años que ha perdido el encanto para los autóctonos, que poco a poco dejaron de pisarla por la falta de atractivos y la sensación de que 'su' vía se había convertido en un punto de y para los turistas.
En efecto, sus quioscos, bares y comercios, dedicados prácticamente al completo a la venta de 'souvernirs', vivían en buena parte de los visitantes, que con la pandemia desaparecieron y acabaron de hundir la vía. La reforma, reclamada por sus vecinos durante años y encallada en varias ocasiones por cuestiones políticas, era más urgente que nunca.
La reordenación se puso sobre la mesa hace años y consiguió una primera aprobación en 2016, pero su retraso propició incluso que los vecinos instalaran un contador para fiscalizar el retraso, que hace un mes superó los 2.000 días. Ahora, el Ayuntamiento de Barcelona prevé, finalmente y tras años de trabas y de reivindicaciones vecinales, iniciar la transformación de La Rambla en 2022. El proyecto ejecutivo quedó aprobado recientemente y la reforma cuenta esta vez con el apoyo unánime de todos los grupos.
Los planes del Gobierno municipal contemplan realizar los trabajos por tramos y empezar por su zona baja, entre el monumento de Colón y Santa Madrona, y dar una nueva cara a la mítica avenida, con aceras más anchas, nuevo pavimento y todavía menos circulación a la actual. «Es muy importante que todo el proyecto de La Rambla sea un proyecto integral que vaya ligado a recuperarla, a sentirla nuestra», destacó entonces la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz.
Aunque todos los grupos de la oposición expresaron su alegría por el inicio del proyecto, desde ERC y el PP lamentaron que se haya intentado vincular la reactivación de la reforma a una partida presupuestaria de las cuentas de 2022. La asociación Amics de La Rambla, que ha encabezado la batalla por conseguir una nueva reordenación de la vía, lamenta esta misma cuestión. «Parece que ahora sí que llegará la reforma, pero ya se verá», comenta a ABC Fermín Villar, presidente de la entidad.
«Hacerla agradable»
Amics de La Rambla tampoco entiende que la reforma tenga que extenderse durante siete años, cuando ya acumula al menos cinco de retraso. «El proyecto inicial ya se titulaba ordenación, no una reforma. Hace falta ordenar su superficie; floristerías, quioscos, terrazas. Necesitamos aceras más grandes y un entorno más pacificado. Al final tenemos que hacerla agradable para el paseo y que cuente con una mejora de toda su oferta», expone Villar.
En este sentido, es una buena noticia para los vecinos la rehabilitación del Teatro Principal, que fue el primer teatro cubierto de España y que ahora acogerá un proyecto de arte audiovisual e inmersivo. El Consistorio lo ha acordado con la propiedad, con una inversión de por medio de 25 millones de euros, y comportará mejoras paralelas en equipamientos culturales de la zona y el barrio.
Aún menos tráfico
El plan acordado va en esta línea y prevé que la renovada Rambla sea «un paseo más confortable, verde, amable y cultural, con más espacio para el peatón y una mejor accesibilidad y ordenación de los usos». Entre otros aspectos, el proyecto técnico contempla reducir el espacio para el coche: el tráfico se limitará a un carril por sentido que vecinos, bicicletas y buses tendrán que compartir.
Además, se ampliarán aceras (que pasarán a tener un mínimo de tres metros de ancho) así como el tramo central, que crecerá ligeramente, y elementos como los quioscos se reubicarán. Entre sus novedades también destacará un nuevo pavimento: lo conformarán piezas de piedra natural de color 'marronoso', que compartirán tanto aceras como calzada. Este será, sin duda, uno de los cambios más visibles.
«Al final tenemos que conseguir que el barcelonés tenga atractivos para venir a La Rambla, que el visitante no sea únicamente un turista y que exista una oferta digna y para todos. Queremos una Rambla orientada a todo el mundo y que podamos vivir un San Jordi cada día», sentencia Villar, recordando que cada 23 de abril los autóctonos invaden la mítica avenida.