Josep Bou - Tribuna abierta

El independentismo contra el catalán

Bajo una defensa del catalán, muy legítima, se esconde una clara obsesión contra el castellano y contra todo aquel que piense diferente a la tendencia habitual en el espacio mediático y político en Cataluña

Escuela Turo del Drac donde una familia ha pedido el 25% de castellano en las aulas Inés Baucells

Josep Bou

EL caso de la familia de Canet de Mar linchada por el independentismo por pedir un 25 por ciento de clases en castellano para su hijo de 5 años es mucho más grave de lo que parece. Bajo una defensa del catalán, muy legítima, se esconde una clara obsesión contra el castellano y contra todo aquel que piense diferente a la tendencia habitual en el espacio mediático y político en Cataluña. Su valentía es de agradecer y valorar, y marca el camino a todas aquellas familias que quieran la mejor educación en plena libertad para sus hijos: una educación en catalán (por supuesto, nadie dice lo contrario), pero también en castellano e inglés.

El Govern de la Generalitat no puede imponer el catalán como lengua única a un pueblo que habla indistintamente las dos lenguas. Esta imposición va en contra de los derechos individuales de todos los catalanes. La lengua no tiene derechos, tienen derechos las personas. La política de la Generalitat en materia lingüística limita las oportunidades de futuro de nuestros jóvenes y provoca un claro descenso del nivel cultural en Cataluña.

El independentismo ha hecho lo peor que podía hacer, usar el idioma como arma política y esto me duele en el alma. Sin saberlo y seguramente sin quererlo, han destrozado el catalán, lo han incorporado a ser parte del problema. La lengua de Mosén Cinto Verdaguer, de Pere Quart o de Josep Pla, esa lengua que ha dado tanto a Cataluña y a España. La cultura catalana son Miquel Martí i Pol y Salvador Espriu, pero también Carlos Ruiz Zafón o Eduardo Mendoza, porque tristemente el nacionalismo ha despreciado a esos grandes autores catalanes que han escrito la mayor parte de su obra en lengua castellana.

Nadie, absolutamente nadie, me podrá decir que no defiendo el catalán, quien me conoce sabe que hablo, pienso, sueño y rezo en catalán, pero lo que es de justicia es una educación bilingüe (y trilingüe) al completo, sin porcentajes ni medias tintas. Porque, al fin y al cabo, el catalán es un idioma español.

Josep Bou es presidente del PP en el Ayuntamiento de Barcelona

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