La Guardia Civil recupera 500 obras del disputado legado de Muñoz Ramonet

Las obras son parte de la colección que el industrial legó al Ayuntamiento de Barcelona y que las hijas del mismo habían hecho desaparecer

Imagen facilitada por la Guardia Civil de la operación policial Guardia Civil

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Lo que empezó poco a poco y con cuentagotas, con cinco cuadros por aquí, otros dos por allá y, en fin, un complejo rastro de encontronazos familiares, vericuetos legales y artimañas de todo tipo para mantener vivo uno de los conflictos patrimoniales más retorcidos de los últimos años, desembocó ayer en generosa tromba no de agua, sino de obras de arte.

Así, después del tímido rescate de 18 obras que se anunció en 2018, triunfo pírrico que el Ayuntamiento celebró como una «victoria moral», una operación de la Guardia Civil ha permitido recuperar ahora cerca de medio millar de obras del legado de Julio Muñoz Ramonet. En total, más de 470 cuadros de la colección que el industrial legó a la ciudad de Barcelona al morir en 1991 y por los que el Ayuntamiento de Barcelona lleva litigando con sus hijas desde hace años.

El origen de la disputa viene de lejos y se remonta a 1991, año en que Muñoz Ramonet murió dejando a la ciudad de Barcelona sus dos fincas así como todo su contenido. Un testamento que las cuatro hijas del empresario se encargaron de ocultar hasta que en 1994 el antiguo secretario de Muñoz Ramonet informó al Consistorio de la existencia del mismo. Se activó así un tira y afloja judicial que ha desembocado, más de 25 años después, en un dispositivo prácticamente definitivo. Jaque (casi) mate a uno de los litigios artísticos de la década.

La operación rescate, según detalló ayer el teniente del grupo de Patrimonio Histórico de la UCO de la Guardia Civil, Juan José Águila, se produjo durante los meses de febrero y marzo cuando, a instancias judiciales, se registraron cuatro almacenes y cinco domicilios particulares, todos ellos relacionados con las hijas de Muñoz Ramonet, de Barcelona, Madrid y Alicante. Fue ahí donde la Guardia Civil encontró buena parte de las obras que el Ayuntamiento de Barcelona lleva décadas persiguiendo. A saber: 376 pinturas y dibujos, 87 miniaturas, cuatro esculturas, cuatro marfiles y tres tapices. Entre las piezas recuperadas destacan tablas góticas de los siglos XV y XVI, pintura de la escuela española del renacimiento y e barroco, pintura catalana del siglo XIX y obras de Lucas Giordano, Mariano Fortuny, Eugenio Lucas, Frederick Morgan y Franz Xaver Winterhalter.

El estado de conservación de las piezas, según Águila, difiere según el lugar en el que estaban guardadas. «En los almacenes nos hemos encontrado de todo, con algunas de las piezas no en el mejor estado, mientras que las que estaban en domicilios particulares lo mismo estaban muy bien expuestas y mimadas que en condiciones lamentables, en sótanos con humedades y dañadas», detalló. Actualmente, todas las obras se encuentran bajo custodia judicial, muchas de ellas en la sede del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), y en proceso de inventariado.

Obras desaparecidas

Con todo, permanecen en paradero desconocido algunas de las piezas más valiosas del legado, obras que, según fuentes de la investigación, seguirían, en manos de las hijas de Muñoz Ramonet, imputadas por apropiación indebida. En esta categoría de piezas aún a la fuga entrarían, por ejemplo, óleos de Anglada Camarasa, tablas góticas de Bartolomé Bermejo, Pere Serra y Lluís Borrassà, dibujos de Fortuny y cuadros de Juan Pantoja de la Cruz y Juan Carreño.

En total, según estimaciones de la Fundación Muñoz Ramonet y el Consistorio, quedan pendientes de recuperar 50 pinturas y dibujos, 7 esculturas, 173 miniaturas y 13 marfiles. Unos números que indican que, pese a todo, la partida aún continúa. «El Ayuntamiento no dejará de persistir para hacer realidad la voluntad de Muñoz Ramonet de dar este legado al patrimonio de la ciudad», subrayó el teniente de alcalde de Cultura, Joan Subirats.

La buena noticia, tal y como apuntó el abogado Marc Molins, representante legal de la Fundación Muñoz Ramonet, es que durante la operación han emergido también los inventarios de época de la colección. «Para los técnicos, es luz en la oscuridad», destacó Molins. De hecho, una de las preguntas que nadie sabe contestar a ciencia cierta es el número de obras o los autores que formaban parte de la colección, por lo que el hallazgo de esos inventarios se permitirá resolver finalmente unas cuantas dudas.

A estas casi 500 obras recuperadas hay que sumar los valiosos cuadros de Goya y El Greco que la Guardia Civil recuperó en 2011 y que, depositados actualmente en el MNAC, coronan una colección que Muñoz Ramonet empezó a amasar su valiosa colección de arte cuando en 1950 adquirió parte de la colección del empresario y mecenas Ròmul Bosch i Catarineu, formada por más de 2.000 piezas de pintura románica y gótica, barroco español, francés y flamenco, y pintura contemporánea catalana.

Ya en 2012, cuando el Tribunal Supremo confirmó que el Ayuntamiento de Barcelona era el propietario del legado, el Consistorio empezó a sospechar que tan valiosa colección podría haber desaparecido. Unas sospechas que se confirmaron cuando, un año después, el Ayuntamiento consiguió acceder al palacete del industrial en la calle Muntaner y comprobó que no había ni rastro de Goya, Murillo, Rembrandt o El Greco. Sólo piezas menores amontonadas sin ton ni son en pasillos y habitaciones.

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