Eduardo Mendoza, premio Barcino de novela histórica
El jurado destaca la capacidad del escritor a la hora de retratar las grandezas y miserias de ciudad en diferentes periodos históricos
«Eduardo, tienes todos los premios: el Cervantes, el Liber, el Planeta, el Nacional, el Kafka ... Pero recibir el que lleva el nombre de tu ciudad tiene su gracia», concluye con sorna el jurado.
Dicho y hecho, Eduardo Mendoza (Barcelona, 1943) ya puede empezar a hacer sitio en la repisa de las estatuillas y los reconocimientos para colocar el Premio Internacional de Novela Histórica Barcino, galardón que recibirá el 9 de noviembre dentro del festival Barcelona Novela Histórica por diseccionar «las grandezas y las miserias» de la ciudad a lo largo de los años. De la urbe preolímpica de «Sin noticias de Gurb» a «La ciudad de los prodigios» las Exposiciones Universales de 1888 y 1929. De la parodia história de «El asombroso viaje de Pomponio Flato» la Barcelona del pistolerismo de «La verdad sobre el caso Savolta».
El jurado, integrado por el periodista Oscar López, la novelista Care Santos, el periodista cultural Sergi Doria, el escritor Enric Calpena y el comisario de Barcelona Novela Histórica, Fèlix Riera, ha anunciado este viernes el veredicto haciendo especial hincapié entre el escritor y la ciudad a la que ha dedicado buena parte de su obra. «Decimos Barcelona y decimos Mendoza», constata.
Si en anteriores ediciones el galardón había ido a parar a escritores de novela histórica más o menos canónica como Santiago Posteguillo, Simon Scarrow, Christian Jacq o Arturo Pérez Reverte, en esta ocasión el premio ha ido a parar a un bromista de tomo y lomo; un gamberro «con traje y corbata» que «golpea la la idiocia con el guante de seda del humor y las artes de la picardía«.