El comité de Metro de Barcelona denuncia la muerte de un empleado jubilado por la exposición al amianto

Los empleados aseguran que hay al menos 150 afectados, mientras que la dirección de la compañía rebaja la cifra a 20

El Metro de Barcelona, en una imagen de archivo INÉS BAUCELLS

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La presencia de amianto en el Metro de Barcelona podría haberse cobrado «al menos» una víctima mortal . Así lo aseguran desde el comité de empresa del Metro, cuyos portavoces alertaron este jueves en rueda de prensa de que, lejos de los veinte empleados con afectaciones que la empresa tiene contabilizados, pueden existir más de 150 casos con problemas pulmonares de diferentes grados por haber estado expuestos continuadamente a amianto presente en instalaciones o vagones .

El caso más grave habría afectado a un trabajador ya jubilado, que habría fallecido hace unos meses a causa de una fibrosis quística. Los informes y pruebas que corroborarían la vinculación directa entre la enfermedad y el amianto –como una biopsia en la que se vio la presencia de fibras de amianto en el tejido pulmonar–, no han trascendido y la familia de la víctima está estudiando si llevar el caso a la justicia, aseguran a ABC fuentes del comité. Transports Metropolitans de Barcelona (TMB), por su parte, asegura no tener conocimiento del caso.

«Actitud vergonzosa»

Más allá de este, el comité no se cree que de momento solo se hayan diagnosticado veinte afectaciones entre los más de 600 empleados que se han sometido al programa voluntario de vigilancia por la exposición al amianto o a alguno de sus derivados. TMB concreta que hasta ahora se tienen detectados diecisiete casos de engrosamientos pleurales, dos de placas pleurales no calcificadas y uno de placa pleural calcificada. La empresa, consciente de que previsiblemente aparecerán más afectados –las revisiones voluntarias que pueden realizarse unos mil empleados no han acabado–, sigue exponiendo que estas afectaciones son benignas y no requieren ningún tratamiento médico más allá de chequeos puntuales.

Tales explicaciones siguen indignando al comité de empresa, que ayer volvió a considerar «vergonzoso» que la empresa evita relacionar la causa-efecto entre el amianto y enfermedades más graves, dado que existen muchos estudios que lo corroboran y que además confirman que algunas secuelas pueden tardar a desarrollarse hasta 20 o 30 años después de la exposición.

«Que se tomen en serio este problema y no mientan» , clamaron ayer los representantes de los trabajadores, que también exigen que la dirección pida perdón por la mala gestión del problema. Por todo ello, el comité de empresa está estudiando si denuncian penalmente a TMB por «las actuaciones negligentes de la dirección de la empresa, que siempre ha negado la existencia del amianto» y por la falta de transparencia al respeto.

Entre sus demandas también está que se faciliten las pruebas a exempleados en activo, jubilados o aquellos que estén en excedencia o que retiren «de manera inmediata» todo el material de la red de Metro con amianto y descontaminen los centros de trabajo. La dimisión de la presidenta de TMB, la concejal Mercedes Vidal, o el consejero delegado, Enric Cañas, es otra de las cuestiones sobre la mesa.

Los paros se mantienen

Aunque TMB ha intensificado su campaña de revisiones y está renovando sus instalaciones y trenes más antiguos –recientemente se ha iniciado el proceso de adquisición de 42 trenes que sustituirán los más antiguos de la L1 y la L3–, los gestos no calman a la plantilla. Así, se mantiene la previsión de paros parciales de dos horas por turno entre el 25 y 28 de febrero, coincidiendo con la celebración del Mobile World Congress en Barcelona . La última reunión de mediación en el departamento de Trabajo de la Generalitat, no consiguió acercar las posturas.

Fibras detectadas en 94 vagones

TMB aseguró ayer haber encontrado pintura bituminosa antirruido –con una sustancia derivada del amianto–, relacionada por varios estudios con el cáncer de pulmón, en un total de 94 vagones de las series 3.000 y 4.000 del Metro de Barcelona , de un total de 210 coches que integran estas dos series. Los convoyes afectados siguen funcionando aunque la compañía asegura que reciben un mantenimiento especial, que los materiales que contienen esta pintura están bien conservados y que en ningún caso desprenden fibras peligrosas, por lo que no representan ningún riesgo de salud para usuarios ni empleados.

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