Colau plantea unos presupuestos para Barcelona con un 9,5 % más de gasto
El gobierno municipal propone encarecer el IBI y nuevas tasas para hacer crecer las cuentas
Los presupuestos de Barcelona para 2020 empiezan a andar. El gobierno municipal de BComú y PSC presentó este viernes su propuesta, de la que destaca el aumento del gasto en atención social y en medidas ambientales a costa de los reajustes de partidas y especialmente del destacado incremento de impuestos y tasas . A partir de ahora, el equipo municipal afronta las nunca sencillas negociaciones con la oposición para conseguir aprobarlos y que la capital catalana vuelva a tener, al fin, unas cuentas actualizadas , sin prórrogas ni mociones de confianza, como ha ocurrido desde 2017.
Los concejales de Presidencia y presupuestos, Jordi Martí (BComú) y de Régimen Interno y Hacienda, Montserrat Ballarín (PSC) defendieron que el proyecto planeado, que va ligado también a la revisión de las ordenanzas fiscales es claramente un «presupuesto expansivo». Con 2.898,2 millones de euros en total, las cuentas prevén un aumento del gasto un 9,5 % respecto a las cuentas de 2019 –cuando éstos se prorrogaron– y un 9,2 % de los ingresos.
En concreto, el equipo de gobierno confía en que las arcas municipales obtengan 83,5 millones de euros más que en 2019, en buena parte a través de las transferencias del Estado tras la hipotética aprobación de presupuestos estatales. También sumarían 10 millones más a partir del refuerzo en la lucha contra el fraude fiscal y 43 millones por la actualización del catastro en el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), que se estima del 5,4%.
Asimismo el consistorio prevé ingresar otros 38,7 millones a partir de nuevos impuestos gravados bajo el paraguas de la emergencia climática –como la modificación del impuesto de vehículos o la tasa de alcantarillado o bonificaciones para la energía solar– y otros 57,2 millones bajo el concepto de «espacio público de calidad» –entre los que se enmarcaría una nueva tasa que regularía el Área Verde y Azul en base a su contaminación o el recargo en la tasa turística que tiró adelante en el pleno del lunes y con el que se estima que el Consistorio se embolsaría unos 20 millones de euros–.
Revulsivo urbanístico
En cuanto a inversiones, se espera un aumento de 92,1 millones hasta alcanzar los 549,8 millones. Entre las partidas destacan los 169,5 millones destinados a transformación urbanística de la ciudad y si espacio público y los 121,1 para la construcción de vivienda pública. Otros 92,7 millones de euros se destinarían a mantenimiento y 78,2 millones de euros a la gestión de equipamientos municipales.
En total, el gabinete de Colau estimó que los ingresos por «tasas y otros ingresos» aumentarían un 26,7 %, y aquellos derivados de «impuestos indirectos», un 34,8 %, aunque ambos concejales evitaron dar todavía más detalles alegando que querían presentar el proyecto a la oposición. En cuanto al gasto, se percibiría un aumento del 5,3 % en partidas de personal –sobre todo por el aumento de plantilla de la Guardia Urbana–.
Ballarín remarcó que esta primera propuesta nace de «un planteamiento abierto y flexible » y que a partir de ahora espera encontrar «los consensos necesarios» con la oposición, lo contrario a lo que ocurrió en los últimos años. Martí confió en «acercar posiciones y comenzar a trabajar» con los otros grupos.
Al otro lado de Sant Jaume
Aunque el gobierno municipal intenta desvincularlo, lo cierto es que la aprobación de las cuentas municipales puede estar estrechamente ligada a la de los presupuestos de la Generalitat. La propia Ada Colau y Quim Torra, sus máximos responsables, se emplazaron en verano, durante su encuentro institucional tras las elecciones municipales , a encontrar consenso para que sus respectivas formaciones se ayuden apara conseguirlos.
Así pues, con el camino de las negociaciones por recorrer, ERC y JpC parecen abiertos –o al menos mucho menos cerrados en banda que hace un año –, a arropar las cuentas de Colau. Además, con el bipartito de 18 concejales al gobierno municipal apenas le faltan tres apoyos externos para que los presupuestos tiren adelante.