Uno de cada tres barceloneses ha cambiado su modo de transporte habitual por el Covid
El Racc pide eliminar las «aceras-bici» y los espacios en las calzadas para transeúntes que ha impulsado el gobierno Colau y que no han funcionado
Nuevos hábitos de movilidad a costa del Covid. El 30 por ciento de los barceloneses han cambiado su modo de transporte habitual por la pandemia y las opciones individuales, como ir a pie, en bicicleta o en coche, son los que atraen a más usuarios, especialmente este último, según las conclusiones del estudio 'La movilidad en Barcelona en la nueva normalidad', elaborado por el Racc y presentado este jueves.
Según el informe, a día de hoy el 20 por ciento de los habitantes de Barcelona y el área metropolitana con empleo teletrabajan y otro 20 por ciento combina trabajo presencial y teletrabajo, lo que supone que se realizan 1,12 millones de desplazamientos diarios menos que antes de la pandemia.
De todo ello se ha resentido, para bien, la calidad del aire , que ha mejorado, incluso en las estaciones de medida ubicadas en zonas de tráfico: el dióxido de nitrógeno (NO2) se ha situado en niveles que cumplen los indicadores fijados por la UE y la OMS, y las emisiones de PM10 también se han reducido bajo el umbral que recomienda la UE.
El Racc también ha analizado los controvertidos cambios de urbanismo implantados por el gobierno Colau: los nuevos espacios en las calzadas habilitados para los transeúntes generalmente no se usan, con un 0,5 por ciento en la Via Laietana, un 4 por ciento en la Gran Via, un 13 por ciento en la calle Consell de Cent y un 16 por ciento en Rocafort, con la excepción de la calle Girona, donde cerca de la mitad sí que lo aprovecha, por lo que la entidad pide mantener esta última y retirar las que no han funcionado.
Recomendaciones
El Club propone minimizar el volumen de desplazamientos y distribuirlos en el tiempo, dotar la micromovilidad (bicicletas y patinetes) de seguridad y generar un sistema de transporte público competitivo y fiable. También recomienda implantar un sistema de evaluación de las actuaciones de urbanismo dinámico , impulsar la movilidad compartida, fomentar el uso racional y eficiente del vehículo privado y reformar el sistema de distribución de mercancías.
En concreto, pide eliminar prioritariamente las 'aceras-bici' bajando los carriles a la calzada y asegurar el cumplimiento de los límites de velocidad por parte de todos los usuarios, así como reducir la velocidad de los vehículos de movilidad privada con campañas de concienciación. También ha propuesto rebajar las tarifas del transporte público en horas de menor uso para aplanar la hora punta y mantener al máximo sus frecuencias, así como destinar espacio de los vagones a bicicletas y patinetes para facilitar la intermodalidad.