Silencio, lágrimas y enésimo intento de politización independentista en el segundo aniversario por el 17-A

Barcelona honra las víctimas en un acto emotivo en el corazón de La Rambla mientras Torra y Puigdemont insisten en la teoría de la conspiración

El homenaje ha tenido lugar en el memorial de las víctimas de La Rambla MARTA DÍAS / Vídeo: Minuto de silencio por los atentados de 2017

Miquel Vera

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Barcelona ha amanecido este sábado con el recuerdo de los atentados yihadistas del 17-A fijado en la memoria . Hoy se cumplen dos años de la fatídica jornada en la que una furgoneta se llevó por delante la vida de 15 personas. Para conmemorar tan triste jornada, se ha organizado un sobrio acto institucional en La Rambla, justamente en el lugar en el que se detuvo la furgoneta que sembró el caos en la capital catalana, uno homenaje sin discursos y con el que se quería evitar cualquier polémica política. Las formaciones independentistas, con todo, han tratado de instrumentalizar la triste jornada.

El minuto de silencio celebrado ante el memorial colocado en el bulevar barcelonés ha contado con la presencia de autoridades como el Ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, el presidente de la Generalitat, Quim Torra, el presidente del Parlament, Roger Torrent, la delegada del Gobierno, Teresa Cunillera y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. Cuando ha llegado el momento del homenaje, varios familiares y heridos en el atentado (algunos vestidos con una camiseta en la que se podía leer “exigimos la verdad” , como ha ido exigiendo en los últimos tiempos el gobierno catalán, alegando que no ha habido una buena investigación) han colocado claveles y rosas de color blanco en unos tiestos colocados para la ocasión.

Los políticos han ocupado un segundo plano durante el acto MARTA DÌAS

La escena ha sido acompañada por un chelo que ha entonado "El cant dels ocells" y por varios agentes de la Guardia Urbana y los Mossos vestidos de gala. A diferencia del año pasado, cuando los homenajes se desarrollaron entre nubes y lluvia, en esta ocasión toda ha transcurrido bajo un serenísimo cielo azul.

Las emociones estaban a flor de piel entre muchos de los ciudadanos que se han desplazado hasta el lugar para homenajear a las víctimas del atentado, así como a los cuerpos de seguridad y emergencias que evitaron una matanza aún mayor. Algunos familiares portaban retratos de sus fallecidos , otros, atestiguaban su calvario tratando de contener las lágrimas o refugiándo su mirada bajo gafas de sol. Así, durante unos minutos, el tradicional bullicio de La Rambla, siempre llena de turistas, vendedores, vecinos y personajes pintorescos, ha callado para dejar paso a un silencio cargado de emoción por el recuerdo al mayor atentado vivido en Barcelona después de la matanza de ETA en Hipercor.

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