Barcelona celebra su Corpus Christi versión 2.0
El 700 aniversario de la primera procesión en la Ciudad Condal ha coincidido en pleno proceso de desescalada. Los festejos se han trasladado a internet
España es un país de cofrades y costaleros. Cada año, durante la Semana Santa, cientos de miles de personas salen a las calles de pueblos y ciudades en procesión con cruces e imágenes a cuestas. Según los teólogos, esta manera tan viva de entender la fe y la devoción popular eclosionó en el siglo XVI, no obstante, su origen se remonta mucho más atrás y bebe de los tradicionales pasacalles que se organizaban por Corpus Christi, solemnidad que dio lugar a las primeras formas de liturgia callejera tal y como la entendemos hoy. Uno de los más antiguos se originó en Barcelona, en el 1320, ahora hace siete siglos.
La archidiócesis de Barcelona debía vivir esta semana inmersa en la celebración de estos 700 años de esta primera procesión a la española, en forma de desfile y con la participación de la ciudadanía y las instituciones locales. Sin embargo, la providencia ha querido que la efeméride caiga en plena pandemia de coronavirus, con los espacios de culto prácticamente cerrados y el centro de la capital catalana casi desierto por la ausencia de turistas. Con este panorama, parte de los festejos para celebrar este aniversario se han trasladado a internet y a las redes sociales, campos en los que ha transcurrido la práctica religiosa durante esta crisis sanitaria sin precedentes.
«Corpus es la «fiesta de las fiestas» y conmemora la presencia real del cuerpo y la sangre de Cristo en el sacramento de la eucaristía. Su aparición nos lleva al siglo XIII en la ciudad belga de Lieja», detalla el presidente del capítulo de la catedral de Barcelona, Josep Ramon Pérez. A pesar de ser una festividad de gran importancia por su simbolismo lo cierto es que tras el Concilio Vaticano II (1962-1965) su popularidad fue diluyéndose en muchos sitios de España.
Afortunadamente, la esencia de esta fiesta dio lugar a las procesiones multitudinarias que cada año hacen vibrar ciudades como Málaga, Sevilla, Zamora o Valladolid y que también cuajaron en el nuevo mundo, con masivas celebraciones en países como Perú, Colombia o las Filipinas. «De hecho, fueron el origen de las normas de protocolo que ordenaban el lugar de cada personaje y autoridad y que siguen vigentes hoy en Barcelona, por ejemplo», resalta Pérez.
Huevo sobre el agua
A pesar del impacto que ha tenido la fiesta de Corpus sobre la religiosidad popular, esta fiesta es reconocida hoy en Barcelona por otra tradición, el «ou com balla». Esta consiste en colocar un huevo de oca sobre el chorro de agua en la fuente que preside el claustro de la catedral. De forma casi milagrosa, el huevo permanece durante cuatro días saltando sin parar entre los borbotones de agua cristalina que dispara al aire la fuente de San Jorge.