José García Domínguez - Punto de fuga

CDC y de las JONS

La CDC de cuerpo presente a estas horas cobijó la genuina esencia del catalanismo pairal, endogámico y ruralizante que tan bien personifica Puigdemont

La utopía corporativa y medievalizante que el apestado soñó en su día para Cataluña se sintetiza en aquella metáfora germinal que acuñara al principio de su mandato: Convergència, recuérdese, debería convertirse en el “pal de paller" de una sociedad estamental y ordenada, como Dios y Pompeu Fabra mandaban. Nada que ver, ni en el fondo ni en la forma, con el ubicuo relato liberal, cosmopolita e individualista tan propio de las elites que se reconocen a sí mismas en esa etiqueta sociológica que toda la vida se ha llamado “burguesía”. En Madrid siempre, todavía hoy mismo, se ha creído que la difunta CDC alumbrada por el innombrable entre los muros de Montserrat era la expresión política de la burguesía local, de idéntico modo que la Lliga encarnó los intereses de aquellos legendarios patricios decimonónicos del textil que pusieron en marcha la locomotora industrial de España. Pero no.

La CDC de cuerpo presente a estas horas cobijó la genuina esencia del catalanismo pairal, endogámico y ruralizante que tan bien personifica Puigdemont. La esencia de un conglomerado interclasista que incorpora rasgos más cercanos al indigenismo inconfeso que a cualquier cosmopolitismo burgués. La Lliga nació para defender los intereses proteccionistas de la gran industria catalana frente a las tentaciones librecambistas del centro. Convergència, en cambio, fue creada para implantar la hegemonía asfixiante de la “clerecía” hasta en el último rincón de Cataluña. Ese muy heteróclito consorcio de cazadores de rentas, el que abarca desde los artistas de la farándula pensionada con cargo al Erario hasta las legiones de académicos comarcales, ensayistas pedáneos e historiadores de archivo de sacristía volcados en la fabricación al por mayor del relato patriótico. Amén de los inúmeros mercaderes de cabotaje que, como ellos, también huyen de la sana competencia exterior ocultando su congénita mediocridad bajo la sombra de una señera estrellada. Ni antes ni ahora, nada que ver con la autentica burguesía. Partido Demócrata, Juntos por Cataluña… ¿Por qué no CDC y de las JONS? Les pegaría más.

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