Xavier Domènech, un gran pensador de hoy

Lo ha anunciado Xavier Domènech, que de esto sabe un rato: Cataluña necesita un nuevo partido de izquierdas y soberanista, y lleva razón porque la política catalana se estaba quedando un poco rezagada incluso en una somera comparación con la resistencia del pueblo de Judea en «La Vida de Brian», pues sólo ha sido capaz de fundar el Partido Demócrata Catalán, y un poco a regañadientes por parte de los seguidores del Partido Demócratas de Cataluña, nacido unos meses antes… «¿Sois del frente Judaico Popular?, No, somos del Frente del Pueblo Judaico…». Ahí, en «La Vida de Brian», sí que había sentido de la diversidad y de la globalidad, que es lo que pide Xavier Domènech en un artículo cuya lectura produce un vértigo parecido al del Dragon Khan, por su impresionante caída en picado en toda esa nadería que tanto gusta al lector actual.

El texto, que se podía leer ayer en cualquier sitio, es una invitación al voto inteligente: ¿Cómo no votar a alguien que es capaz de producir con su escritura tan magnífico vacío intelectual?… Elijo un parrafillo entre varios puede que superiores: «Es el aquí y el ahora y no la llegada de un Día D que nos instala en un tiempo de espera vacío de cambio. La opción aquí es construir el país desde una amplia mayoría soberanista, que quiere poder hablar de todas las soberanías, e incluir en este marco el derecho a decidir, no desde la parte, sino desde el todo. Se trata de construir para decidir, no de decidir para construir».

Leído y releído varias veces el texto entero, cuajadito de frases que no dan ni para una camiseta («una construcción programática hacia fuera» (o fuese), «“desde la articulación de alternativas concretas y, por concretas, realmente globales», «basándose en la justicia social y los bienes comunes y en una democracia que llegue a todas las esferas de nuestra vidas»…), uno llega, en efecto, a la conclusión de que Cataluña lo que necesita es un nuevo frente Judaico Popular , que plantee aquí y ahora la gran pregunta de ¿y los romanos, que nos han dado los romanos?... ¿el alcantarillado?, ¿el acueducto?, ¿la irrigación?, ¿las carreteras?... Bah, chorradas, ¿qué es todo eso comparado con lo que nos promete Domènech?, ¿Cómo se puede comparar a esa escritura tan «legible» y a esa sintaxis que pide cinturón de seguridad? Y última pregunta, ¿cómo no se va a reír alguien que haya leído…, algo…, alguna vez?