Bernardo Fernández - Tribuna Abierta

Volver a los orígenes

Siendo muy importante, el problema no es tanto lograr equis escaños. La cuestión es de fondo

El larguísimo proceso electoral que estamos soportando, la corrupción que infecta nuestro sistema institucional, la interinidad del gobierno, el inmovilismo de Mariano Rajoy, que es el origen de casi todos nuestros males, así como sus políticas austericidas, son algunos de los motivos que nos han llevado a una situación de preocupante inestabilidad política.

En estas circunstancias, viendo cómo está el panorama, y el elenco de aspirantes a ocupar la Moncloa, no es descabellado pensar que la única fuerza política capaz de impulsar un cambio que nos saque de este atolladero es el partido socialista. Por eso, y a pesar de que en las elecciones del pasado 20 de diciembre, el PSC en Cataluña y el PSOE en el conjunto de España, obtuvieron los peores resultados de su historia. Ahora, con la repetición de los comicios , el próximo mes de junio, los socialistas tienen la oportunidad de enmendarse a sí mismos y cambiar el rumbo de nuestro país.

Siendo muy importante, el problema no es tanto lograr equis escaños. La cuestión es de fondo. El PSOE necesita, con urgencia, reencontrar su espacio ideológico, asumir su rol de izquierda reformista y elaborar un proyecto ganador. No basta con decir que hay que expulsar al PP. Es necesario que Pedro Sánchez explique porque quiere gobernar. Que quiere cambiar y cómo piensa hacerlo.

Por lo que respecta al PSC, veremos si su flamante candidata por Barcelona, Maritxell Batet, es la persona adecuada para reencarnar a Don Pelayo (ya saben, aquel caudillo astur que inició la Reconquista) y pone la socialdemocracia en Cataluña al día, evitando que quede sepultada entre el indisimulado neoliberalismo de Ciudadanos y el frenesí soberanista de la muchachada «indepe».

Tal y como están las cosas, sería deseable que el PSOE vuelva a ser aquella organización política capaz de «dar la vuelta a este país para que no lo conozca ni la madre que lo parió» como dijo un ilustre político. Por su parte, el PSC debería desprenderse de sus complejos nacionalistas y volver a ser el partido que más se identifica con la sociedad catalana y mejor la representa, como sucedía en otros tiempos.

Ciertamente la sociedad ha cambiado mucho y la socialdemocracia está siendo superada por los acontecimientos. Por eso, para empezar, no estaría mal que los socialistas volvieran a los orígenes. Quizás no sea suficiente, pero sin duda es necesario.

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