Oti Rodríguez Marchante - Barcelona al Día

Viva la rutina: entre la desconexión y el sexo

A ver, señor Puigdemont, algo no estamos haciendo bien en casa, tanto desamor, tanto desamor, quizá haya que ir pensando un poco en cambiar el rollo, el sexual, el político, el que sea…

Justo cuando más desconectados están los catalanes, que ahora se va el día en hidratarse y deshidratarse, van sus políticos y se reúnen en el Parlament para aprobar un proceso de desconexión…, ellos, que están aún más desconectados (de la realidad, al menos) que cualquier otro catalán con su habitual catálogo de problemas. Y lo peor no es que dediquen todo su (nuestro) tiempo a elaborar leyes de ruptura y a intentar blindarlas de la acción de la Ley en un claro desafío al Tribunal Constitucional, que ya les ha venido a decir eso de que “verdes las han segado”; lo peor es que pretenderán interrumpir con todo ello la auténtica desconexión del catalán y nos lo intentarán colar todo ese proceso pelma como lectura de verano… ¡Hala, suelta el bestseller y ponte a reflexionar sobre todo ese elogio a la rutina del proceso!

Una vez dejado el bestseller para atender la actualidad de nuestras rutinas, lo sensato es alternar la información de las ansias de desconexión de la parte gruesa del Parlament con otras noticias, como la del 5º barómetro Control 2016 sobre los jóvenes y el sexo, que nos descubre que, al igual que sus políticos, los jóvenes catalanes están estancados en su rutina sexual (la de los políticos, aunque de carácter orgásmico, quizá no pueda calificarse de sexual) y que les gustaría probar cosas nuevas… Pues que los jóvenes aprendan de sus políticos secesionistas, que, como buenos misioneros, llevan varios años sin cambiar de postura (mental).

En fin, que si extrapolamos esta consagración de la vía unilateral para la desconexión al contexto de los jóvenes y el sexo, nos saldría algo así como una invitación al “solitario”, al vulgar onanismo que, como fantasía política para Junts pel Sí, parece casi una broma de confesionario… Practica una “unilateralidad” segura, no renuncies, aunque sea tú solo, a tus fantasías de “final feliz”… Sea o no verdad, el caso es que ese barómetro Control nos dice que el catalán ha bajado del segundo al quinto puesto de los mejores amantes del Estado (o sea, de España). A ver, señor Puigdemont, algo no estamos haciendo bien en casa, tanto desamor, tanto desamor, quizá haya que ir pensando un poco en cambiar el rollo, el sexual, el político, el que sea…

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación