Santi Rodríguez - Tribuna Abierta
Viva la madre superiora
Se burlan de los que defendemos la ilegalidad de un referéndum de secesión y de las instituciones democráticas cuando publican que compran urnas para procesos electorales
En el debate sobre la independencia y como si del día de la marmota se tratara, día tras día, se repiten los falaces argumentos en uno y otro escenario, ahora en la puerta de los tribunales de Justicia, antes en el Palau de la Generalitat y antes en el Parlament, con un único propósito: intentar legitimar lo ilegítimo. La escenografía, la de siempre, movilizaciones cada vez menores y más selectas, la aristocracia independentista procurando demostrar la opresión a la que, según ellos, están sometidos.
Siguen utilizando la apelación insultante a la democracia, obviando que la democracia consiste en respetar las leyes de las que, democráticamente por cierto, nos hemos dotado. Siguen ignorando que el Parlament se rige por su Reglamento, por el Estatut y por la Constitución y no por ningún supuesto derecho internacional que jamás concretan pero siempre esgrimen a su conveniencia.
Una vez más surge la petición de respeto a la inviolabilidad de los parlamentarios, inviolabilidad para que los parlamentarios se expresen y voten con libertad, pero no para tomar decisiones, ni mandatos parlamentarios ilegales que contravienen todo el ordenamiento jurídico conocido y que vulneran derechos de otros parlamentarios, pero también de los ciudadanos, a los que falsamente dicen servir. No se puede ignorar el código penal amparándose en la inviolabilidad parlamentaria, eso solo ocurre en los países referentes de sus socios antitodo. Es en democracia precisamente, donde todos, desde el Presidente del Parlamento, del de la Generalitat, hasta la madre superiora estamos sometidos a las leyes en igualdad de condiciones.
Se burlan de los que defendemos la ilegalidad de un referéndum de secesión y de las instituciones democráticas cuando publican que compran urnas para procesos electorales, mientras dicen que son para un referéndum ilegal: en Catalunya hemos votado cuatro veces en los últimos dos años, sin necesidad de comprar urnas, porque ya las tenemos, porque ya somos libres, porque tenemos y defendemos la democracia que nos garantiza la Constitución española y el Estatut de Catalunya.
En realidad lo que con estas actitudes se pone en evidencia es la falta de lealtad, falta de lealtad con los ciudadanos a los que pretenden engañar permanentemente, falta de lealtad con las instituciones que garantizan la democracia, ya sea un Parlamento o un Tribunal de Justicia.
No es necesario comprar nuevas urnas, ya las tenemos y las queremos seguir utilizando, eso sí cuanto antes para echar a aquellos que parece que quieren convertir nuestra Catalunya en el país de “viva la madre superiora”.
Santi Rodríguez es secretario General del Partido Popular de Cataluña