La vidente Pepita Vilallonga niega ante el juez que estafara 300.000 euros a una anciana
Según la víctima, Villalonga y sus colaboradores se aprovecharon del control psicológico que tenían sobre ella
La vidente Pepita Vilallonga ha alegado hoy ante el juez que no estafó a la anciana de 77 años que la ha denunciado tras gastar 300.000 euros en su tienda esotérica, y ha asegurado que se limitó a cobrarle por todos los servicios y rituales que le contrató la mujer.
Vilallonga fue detenida por la Policía Nacional el pasado 4 de enero, junto a cuatro colaboradores de su tienda esotérica de Barcelona -de los que dos siguen investigados- acusados de estafar a una anciana, que aceptó someterse a varios rituales, algunos inexistentes, por el control psicológico que ejercían sobre ella.
Según han informado fuentes judiciales, Vilallonga, que hoy ha comparecido como investigada ante el titular del juzgado de instrucción 27 de Barcelona, ha afirmado que no amenazó a la anciana -que dejó de solicitar sus servicios después de abonar a la vidente casi la totalidad de sus ahorros-, y que sólo le cobró por todos los servicios que le prestó.
La víctima de esta supuesta estafa, a la que el juez citará en los próximos días para que corrobore su denuncia, es una anciana que sufre un transtorno de personalidad y que a finales de marzo de 2016 acudió a la tienda esotérica de Pepita Vilallonga, una futuróloga de la que tenía conocimiento por sus apariciones televisivas, para que la ayudara a solucionar problemas personales que la angustiaban.
Según la anciana, en tan sólo dos meses la vidente y sus colaboradores le aplicaron diversos rituales en sus visitas a la tienda esotérica de la calle Mallorca de Barcelona, donde le llegaron a cobrar hasta 60.000 euros por una consulta de escasa duración.
Tras explicar su situación personal a los integrantes del Gabinete de Futurología de Pepita Vilallonga, que la visitaron en numerosas ocasiones entre el 29 de marzo y el 26 de mayo del pasado año, estos le aseguraron desde el primer momento que sus problemas se solucionarían y la sometieron a diversos rituales, como lectura de cartas de tarot.
Sin embargo, los investigados se aprovecharon supuestamente del control psicológico que tenían sobre la anciana , según la denuncia, y, conforme iban avanzando sus visitas al consultorio, se las ingeniaron para que aumentara su temor a sufrir enfermedades terminales o incluso de que sus familiares podrían verse implicados en actividades delictivas.
Para atemorizar supuestamente a la mujer, los investigados se valieron de entrevistas con el espíritu de su madre y la aparición de su padre, según la versión de la afectada.
Los detenidos, según la anciana, le advirtieron de que, debido al daño que podía sufrir, no tenían más alternativa que acudir a unos «gurús de Brasil», país al que, según le aseguraron, había viajado Pepita Vilallonga para buscar un muñequito que no se podía tocar y que era necesario llevar a enterrar a Tierra Santa de Israel.
No obstante, los investigadores sostienen que este viaje a Brasil no se llegó a efectuar, ante lo que Vilallonga ha afirmado hoy que no le propusieron a la mujer este servicio y que no lo realizaron.
Durante los casi dos meses en que acudió a la tienda esotérica, la anciana abonó en concepto de honorarios 299.800 euros, llegando a pagar por una sola visita 60.000 euros y en otra, 30.000 euros.
Una vez que la mujer había gastado prácticamente todos sus ahorros, y al comprobar que sus problemas no sólo no se solucionaban, sino que se agravaban, dejó de acudir al local, ante lo que los investigados la llamaron en numerosas ocasiones para indicarle que tenía que continuar con las sesiones.
La anciana decidió no volver al local y denunció esta supuesta estafa ante la Policía Nacional.
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