Vicenç Hernández - Tribuna Abierta
Alarma ante la caída del gigante chino Evergrande: ¿Riesgo de contagio global?
La economía china es el mayor importador de materias primas y uno de los actores de referencia en el comercio internacional
El lunes empezamos la semana con una fuerte caída en los mercados y la noticia de los problemas de deuda de la más grande inmobiliaria china, Evergrande. Pero antes de proseguir con la situación del gigante asiático hay que entender que las caídas experimentadas el lunes no sólo son consecuencia de este hecho. De manera adicional, las incertidumbres generadas por las dudas sobre la aprobación del Congreso de USA del aumento del techo de gasto y las subidas de impuestos para cubrir las inversiones del plan de infraestructuras, sumado a la incertidumbre sobre la dirección de la política económica de la FED respecto a los recortes de estímulos, no ayudaron a que los mercados empezaran el otoño con buen pie.
Dicho esto, el tema de la inmobiliaria china no es menor. En primer lugar porque es la punta de lanza de la percepción de las últimas semanas sobre un hipercalentamiento económico reflejado en las cotizaciones bursátiles, lo cual podría generar un efecto psicológico negativo con repercusión más allá del sector inmobiliario y del ámbito geográfico chino. En segundo lugar porque más allá de la afectación psicológica que genere más incertidumbre, hay un efecto potencial que debe tenerse en cuenta y viene como segunda derivada debido al impacto que puede generar que la economía china se vea seriamente afectada. La economía china es el mayor importador de materias primas y uno de los actores de referencia en el comercio internacional, por lo que este hecho, sumado a la posibilidad de un endurecimiento de su política monetaria (no deseada) que afectaría a la economía interna sí podría ser potencialmente peligroso para el proceso de recuperación que están teniendo la mayoría de grandes economías a nivel mundial.
Hay que destacar que antes de los acontecimientos del lunes, la economía china ya presentaba tres factores de riesgo que se estaban mirando con lupa por parte de la mayoría de analistas. En primer lugar, la posibilidad de existir riesgos sistémicos para el crecimiento derivado del impulso de las autoridades chinas hacia una normativa más estricta en diversos sectores respecto a otros. En segundo lugar, el destacable giro de la política industrial china, pasando de una orientación al consumo hacia la industria con el foco puesto en la innovación. Esto de por sí no es malo, pero supone un giro en su política económica más acorde al modelo alemán o japonés. Por último, la insistencia por parte de las autoridades chinas de mantener la independencia de su política monetaria respecto a Europa y Estados Unidos, de forma que había manisfestado su intención de seguir aplicando medidas acomodaticias durante el resto del año, obviando una reducción progresiva del “quantitative easing”. Esto supone un enfoque atípico entre los bancos centrales de los países emergentes, que podría generar riesgo de salidas de capital y en consecuencia depreciación del remimbi.
Pero intentemos analizar con más detalle los posibles escenarios que se podrían dar. ¿Existe una alta probabilidad de dejar caer el gigante inmobiliario?. Lo que es indudable es que la economía china goza de las herramientas y recursos, tanto económicos como de tipo autoritario, para frenar cualquier amenaza de riesgo sistémico evitando este escenario de dejar caer. ¿Pero si se interviene, qué efectos podrían darse a nivel internacional?. En mi opinión, la posibilidad de un contagio directo o financiero es relativamente bajo. Otro tema muy diferente es la repercusión derivada de los mercados financieros y los problemas que se generan en los mercados emergentes cuando hay escasez de dólares y una retirada de confianza.
Aunque para la mayoría de mortales la noticia de lunes supuso un efecto sorpresa importante, es bien sabido que desde hace más de 2 años las autoridades chinas están animando a bajar el riesgo financiero de las empresas del sector inmobiliario del país. Además, esta misma empresa ya anunció en septiembre del año pasado su incapacidad para cumplir con sus compromisos de deuda amenazando con un posible default. Estas malas perspectivas precedentes se ven reflejadas en los precios de sus bonos, en manos mayoritariamente del mercado doméstico y que cotizan alrededor del 30%, por lo que los inversores ya estaban asumiendo la imposibilidad de recuperar la totalidad del capital a su vencimiento.
Un escenario de baja probabilidad pero de mucho riesgo es que en caso de rescate, las autoridades chinas tomen la decisión política de tratar de manera diferencial a los tenedores de deuda domésticos respecto a los internacionales, asumiendo estos últimos mayores pérdidas. Este escenario de asimetría podría generar un efecto contagio en el mercado de crédito respecto a los bonos del resto de empresas promotoras chinas repartidos por todo el mundo, ya que a diferencia de las cotizaciones de los bonos de Evergrande, no se ha producido una bajada tan fuerte en el precio de los bonos de estas compañías, por lo que el recorrido a la baja sería más pronunciado. De rebote, esta situación podría provocar una caída sustancial en la mayor parte de índices internacionales muy expuestos a posiciones del país asiático, por no mencionar el miedo psicológico que se podría generalizar a nivel global en el mercado de acciones provocando un efecto bola de nieve.
La realidad es que los condicionantes actuales en el mercado de renta fija siguen siendo favorables hacia la inversión en activos con niveles más altos de riesgo, y la decisión política de rescate intentando lavar la ropa de casa debería ser el escenario más probable. De nuevo volveremos a escuchar aquello de “too big to fall”.
Vicenç Hernández Reche es presidente de la AIC y CEO de Tecnotramit