Joan Carles Valero - Letras expectativas

El Trump catalán

Hay hispanos a los que no les importa que insulten a los inmigrantes, por lo que el candidato republicano mantiene sus posibilidades

Nadie sale indemne si afronta retos mayúsculos. Bien lo saben Pedro Sánchez y Miquel Iceta, unidos en sus destinos. Y en otro orden, el president Mas. Donald Trump pasa por haber sabido transformar las derrotas en victorias y, tras arruinarse en la década de los 90, ahora opta a presidir EEUU. En el libro «Nunca tires la toalla» (Gestión 2000), el candidato republicano a la Casa Blanca explica cómo convirtió los contratiempos en logros. A través de su lectura se vislumbra un hombre que nunca se da por vencido porque confía en sí mismo, quizá en exceso.

Aunque a muchos ofenda su actitud, el fenómeno Trump hay que tomárselo muy en serio, como por aquí los populismos de toda índole. Al otro lado del Atlántico, los antisistema se ven seducidos por el candidato más diferente y contrario al «establishment», que aquí se ha traducido en la alcaldesa Colau y su alter ego Iglesias. Hay que examinar de dónde surge el notable apoyo obtenido en esos casos para que se convirtieran en la amenaza que son hoy.

Donald Trump está utilizando el partido republicano para optar a la presidencia, pero nadie se cree que vaya a actuar como un republicano tradicional. Como candidato es un fenómeno que ha alterado el electorado estadounidense, en parte gracias a la cobertura mediática gratuita que le han brindado los medios que, obsesionados por la audiencia, le han catapultado hasta el punto de olvidar a Hillary Clinton. Por aquí ha pasado algo parecido. Hay que subrayar que al igual que ocurre en EEUU, cada vez más los españoles deciden sus votos básicamente por la impresión de los candidatos y no tanto por sus partidos.

Aunque muchos estadounidenses sienten que su nación no va bien, sienten respeto por la labor del presidente Obama y ven a Hillary Clinton como la candidata continuista que pueda convertirse en la primera presidenta de EEUU. Pero ni Trump ni Clinton ganarán sin el apoyo de las minorías, entre las que destaca la hispana. Uno de cada seis americanos es hispano y se encuentra ante la tesitura de apoyar al candidato peor o menos malo. Algunos se sienten más insultados por lo que ha hecho Hillary Clinton que por las declaraciones xenófobas de Trump frente a la inmigración. Pero hay hispanos a los que no les importa que insulten a los inmigrantes, por lo que el candidato republicano mantiene sus posibilidades. Lo mismo que ha ocurrido por estos lares con los buenos resultados obtenidos por el también republicano Rufián.

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