El tramo de la B-502 entre Vilassar y Argentona, el más peligroso de Cataluña
El RACC presenta un informe de carreteras según el cual la accidentalidad ha disminuido un 1,9% entre 2012 y 2014
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El tramo de la B-502 entre Vilassar de Mar y Argentona tiene el mayor riesgo de accidente en Cataluña, mientras que el tramo de la C-31 entre El Prat de Llobregat y L’Hospitalet es el que concentra más accidentes, según se desprende del informe anual EuroRAP de evaluación de carreteras que ha presentado este martes el RACC.
El informe, presentado hoy en rueda de prensa y realizado entre el RACC, el Servei Català de Trànsit la Diputación de Barcelona y la Generalitat, ha analizado 6.343 kilómetros de la red de carretas catalanas, lo que supone el 52% del total (12.094 km) y el que concentra el 92% de la circulación de la región, y se ha realizado con datos de los años 2012, 2013 y 2014.
«Normalmente el año en el que presentamos el estudio sigue la sintonía de los años en los que se ha realizado, pero en este caso el 2015 no está siendo un buen año», ha valorado Miquel Nada, Director de la Fundación RACC. «La situación no es favorable. No es grave, porque hay pocos territorios en Europa con mejores datos que Cataluña, pero todavía hay mucho margen de mejora para conseguir la mortalidad 0, nuestro objetivo», ha añadido.
El estudio refleja que ha habido un 1,88% menos de accidentes graves y mortales entre los años 2012 y 2014, algo desalentador si consideramos que la movilidad se redujo casi en la misma medida, un 1,83%, en el mismo periodo, lo que indica que la reducción en accidentalidad es debido a que ahora hay menos gente que conduce, entre otras cosas por la crisis económica. La media de accidentes de este tipo entre los años analizados en el estudio es de 730.
El EuroRAP afirma que la provincia catalana con más riesgo de accidente «muy alto» o «alto» es Lleida, con un 39,8%, mientras que Tarragona es la que menos, con un 16%. Asimismo, destaca que en términos globales los kilómetros con un índice de riesgo «bajo» o «muy bajo» han aumentado del 38% al 47% del total en los últimos seis años. Por contra, el riesgo «alto» ha aumentado un 1% respecto al estudio anterior, pero se ha reducido un 10% en los últimos seis años. El riesgo «muy alto» representa actualmente el 16% de la red total analizada.
Los tramos más peligrosos
Uno de los ejes centrales del estudio es el análisis de las carreteras en las que es más probable tener un accidente teniendo en cuenta la relación accidentes/número de vehículos que circulan. El EuroRAP concluye que el tramo con mayor riesgo de accidente en Cataluña es el de la carretera B-502 entre Vilassar de Mar y Argentona, con una circulación de 7.500 vehículos al día y una media anual de 3 accidentes mortales y graves. Por detrás de este está el de la BV-2041 entre Gavà y Begues, con 9.000 vehículos y 3,33 accidentes del mismo tipo. De los 10 que aparecen en la lista, 8 están en la demarcación de Barcelona.
Por otro lado, los 10 tramos más seguros se encuentran en su mayoría en Tarragona (4) y Barcelona (4). En todas ellas hay una media de 0 accidentes «graves» o «muy graves» al año, siendo el tramo de la T-11 del inicio al final de la variante de Reus, con 26.000 vehículos al día, el que ocupa la primera posición, seguido del tramo de la C-42 de L’Aldea a Tortosa, con 15.000 vehículos.
En cuanto a los tramos con más concentración de accidentes, 9 de los 10 están en Barcelona, debido a la mayor densidad de tráfico de la zona. El tramo de la C-31 entre El Prat de Llobregat y L’Hospitalet es el que registra más: 0,90 accidentes «graves» y «muy graves» por cada kilómetro. Este dato coincide con el tramo con más accidentes de moto y ciclomotor, que representa el 80% de los accidentes en esta vía.
El estudio concluye que para evitar el mayor número de accidentes posible y reducir el riesgo de sufrirlos, hay que actuar sobre tres factores: infraestructura, conductor y vehículo. También hace hincapié en la vulnerabilidad de los vehículos de dos ruedas, que sufren una enorme proporción de los accidentes totales que tienen lugar en las infraestructuras catalanas.