Ángel González Abad - Los martes, toros
El toreo clama al Constitucional
Solo se pide al TC una sentencia sobre el recurso contra la prohibición. Ni a favor ni en contra, solo un fallo que deje las cosas claras de una vez y para siempre
Nunca es tarde si al final se paga una deuda. Y es que si el sector taurino ha dejado siempre desamparados a los aficionados catalanes en su lucha por la Fiesta, hace unos días ha comenzado a saldar esa deuda. Ni los toreros, grandes figuras incluidas, ni los ganaderos, ni el empresariado, han dado nunca un paso adelante para intentar frenar lo que se veía que podía pasar en Cataluña: que el poder político dinamitara hasta la prohibición las corridas de toros.
La recientemente creada Fundación del Toro de Lidia (FTL), que aglutina a toreros, ganaderos, empresarios y peñas y asociaciones de aficionados, se ha dirigido al presidente del Tribunal Constitucional para reclamar una sentencia sobre el recurso presentado ante el TC tras la prohibición de las corridas de toros por parte del Parlament en julio de 2010. Va para seis años y el recurso sigue sin resolverse. Un silencio durante casi seis años es mucho silencio, porque esa resistencia que se mantiene viva en Cataluña contra aquella decisión, merece una respuesta sobre si lo aprobado en la Cámara catalana se ajusta o no a nuestro sistema constitucional.
Ahí, por fin, la Fundación, que es la única acción conjunta de un sector disperso en intereses, ha plantado cara ante el TC y somete a la consideración del titular de Constitucional todas las dificultades que emanan de ese lamentable retraso en emitir sentencia.
«Mantener esta situación por más tiempo contradice todos los principios reconocidos en la Constitución». Y es ese retraso el que lejos de disipar cualquier duda sobre el futuro de la Fiesta en Cataluña, no hace más que añadir nubarrones que parten precisamente de quien tendría que aclarar definitivamente el futuro.
Solo se pide al TC una sentencia sobre el recurso contra la prohibición. Ni a favor ni en contra, solo un fallo que deje las cosas claras de una vez y para siempre. Es obligación de los magistrados y por una vez el toreo unido exige que, tras seis años de silencio, el Constitucional tome la palabra. Solo eso. Tampoco es pedir tanto.
